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6 de marzo de 2008

el letrero

- Maestrito, no estoy apurado, vaya nomás más despacio.
- Si no estoy corriendo joven!
- Cómo que no! el letrero decía 35Km/h velocidad máxima y su velocímetro estaba como en 80.
- Ahhh! y para qué pues sirve ese letrero? Nadie hace caso al letrero!

Esta fue la interesante respuesta que calló mi reclamo por tener un seguro y tranquilo retorno a casa.
En un país como Bolivia donde la norma sirve mientras me convenga y no representa siquiera una inquietud en el imaginario colectivo, está muy difícil construir verdaderos caminos útiles y duraderos hacia sociedades equilibradas.
A ver que me dicen ustedes.

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