Evo desde el micrófono radial

captura TeleSur

El presidente Evo Morales no tiene cuenta en Twitter o en Facebook. Desde ayer, en cambio, tiene un programa radial.

Hay quienes ya subrayan el carácter electoralista de la iniciativa comunicacional, otros quienes apuntan a la manipulación mediática y muy probablemente habrá quienes piensen que esto es "ir a contra mano" de las tendencias comunicacionales del siglo XXI.

Antes de sacar conclusiones, prefiero observar la medida como una útil y necesaria respuesta estratégica ante la ausencia de recursos estratégicos comunicacionales en el gobierno de Bolivia y que merece algunas consideraciones.

El presidente Morales inicia así su trayecto de reafirmación (algunos dirán reconquista) del prodestinatario, y parte desde el círculo inmediato e incondicional de aquellos que lo siguen y creen en su proyecto político, la fuerza cocalera.

No considero que haya una instrumentalización o manipulación política de un medio de comunicación simplemente porque el de Evo Morales, máximo dirigente de los cocaleros, se difundió por las emisoras Kawsachun Coca y Soberanía, cuya señal transmiten desde y para el trópico cochabambino, bajo financiamiento de los propios cocaleros (no debe sorprender, por tanto, que el principal tema haya sido la coca).

Es posible que el programa "crezca" y se difunda por otros medios (incluso televisivos), lo que seguramente sucederá luego de una evaluación estratégica. A nadie le debería sorprender que el gobierno use medios del Estado para la propaganda, práctica tan "neoliberal" como "plurinacional".

Lo útil, sin embargo, es que el despliegue de una estrategia política-comunicacional permite hacer seguimiento, evaluaciones, comprender procesos y tácticas. Permite reproducir la imagen del presidente por sí misma, algo hasta ahora muy limitado a la acción simbólica, discursiva (y hasta "telúrica").

Alerta para los antidestinatarios, auto-proclamados opositores: El gobierno comienza a manejar criterios y desplegar recursos de campaña continua, prioriza audiencias y construye relatos desde las bases más próximas. Conviene no quedarse mirando lo que hacen otros.

Buena jugada, un enroque preciso.