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1 de abril de 2020

Diario de cuarentena | Día 11 - la catapulta


Los niños la están aguantando bien. Dentro de todo. 

Uno vive las presiones del trabajo, la preocupación por la provisión de las necesidades básicas, que seguro son una angustia para una enorme mayoría de adultos a cargo de familias, la búsqueda de algunos espacios de "normalidad" o de distracción (los míos están llegando recién a esta hora, con este diario de cuarentena) y también el goce de momentos intensos de cercanía con la familia.

Así y todo, los niños están pasando un momento duro, los míos son pequeños y tienen muy poco contacto social -salvo un par de vídeo llamadas con los abuelos y uno que otro mensaje con los amigos- ya que toda su interacción se da en los espacios formales como son el jardín infantil o el curso de primaria en el colegio. No les hemos permitido jugar con los niños del edificio ya casi por 2 semanas y estamos en constante conversación de qué es lo que está pasando, las razones de la cuarentena y algunos planes para el futuro; hay que mantener la ilusión y la buena energía.

Por eso nos pusimos a hacer  algunos proyectos, desafíos e ideas que se les ocurren a los niños y que -generalmente- terminamos buscando en YouTube. Así, ayer mi hijo me dijo "hagamos una catapulta"... Tras el breve silencio, mi reacción fue -veamos en YouTube. Vimos algunos tutoriales sin mucho convencimiento hasta llegar a éste:


Pusimos rock'n roll -otro punto que ya comenté, más música, menos noticias- y tras un par de pruebas y una buena hora de papel, medidas, silicona caliente y alguna improvisación, logramos esto:


El juguete de la semana. Hoy en la tarde, durante un nuevo vendaval de trabajo, el turno fue de la mamá con los conejos de pascua hechos de rollo de papel.

Este tipo de canales de proyectos con materiales sencillos y que funcionan son herramientas para el encierro, para el estrés que llevan los niños encima y que probablemente no lo manifiestan o lo están canalizando con rebeldías y comportamientos de otro tipo. 

Esta dimensión del daño emocional la tenemos que tener presente. Qué las pequeñas distracciones sean esa catapulta que nos saque fuera sanos y cuerdos de la crisis.

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