Predictibilidad del voto hacia el 18 de octubre: virtual empate y segunda vuelta

 

Las encuestas nos aproximan son instrumentos de medición que nos aproximan la preferencia electoral de la ciudadanía. Nunca son perfectos y más bien se los compara con "fotografías instantáneas" en el tiempo. Por eso, una lectura lineal o parcial de las encuestas puede conducir a errores de apreciación o "sorpresas", cuando los resultados finales no salen igual a las encuestas. 

Por eso, en este post, aplico una metodología de vote forcasting para acercarme al que podría ser el resultado electoral de Bolivia en las elecciones generales del 18 de octubre venidero.

En mi criterio, respaldado en la data existente y las condiciones de variabilidad del voto, como explicaré en breve, el próximo domingo habría un virtual empate, que conduzca a una segunda vuelta.

4 consideraciones puntuales iniciales.

• Las encuestas tienen un sesgo urbano y no capturan la preferencia electoral del exterior (2,5% aproximadamente)
• Las encuestas se levantan y procesan, toma tiempo, al publicarse se está viendo una fotografía "algo pasada".
• La política no es mera estadística o probabilística, hay factores eminentemente políticos que cambian el curso de las decisiones finales. Explicaré este factor "x" más abajo.
• El voto es un acto emocional, subjetivo e intersubjetivo, ningún modelo va a poder prever todas las variables y sensaciones que influyan en una persona y su entorno al momento de votar.

El sitio Bolivia Electoral recolecta las encuestas y permite ver un ponderado, aunque aún no refleja las últimos 3 (Ipsos, Tu voto cuenta y Mercados y muestras) de octubre, por lo que se toma como trayectoria previa.

Datos actualizados

Insisto este solo es el escenario previo. De la recolección de esta encuesta han pasado 3 hechos no menores: 1) El foro y el debate presidencial, al cual ni Arce (MAS) ni Camacho (CREEMOS) asistieron, 2) se han dado fracturas en partidos menores como ADN y FPV y 3) "Tuto" Quiroga un contendor mediatizado pero que nunca despegó en las encuestas, se retira. 

Estos hechos contribuyen al factor X.

Históricamente, las últimas 4 elecciones en Bolivia -bajo una polarización que no ha cambiado, excepto por la pérdida de la hegemonía del MAS- han concentrado +- el 87% de los votos. Es decir, casi 9 de cada 10 votantes que emiten voto válido termina optando por una de las dos fuerzas que encabezan las encuestas. 

Queda muy claro cuáles son estas dos fuerzas.

En este momento, según las encuestas, la concentración del voto está así:

concentración: 76,30 % MAS-CC

desviación: 17,94 % CREEMOS

dispersión: 5,76 % resto

Así, el factor X contribuye a esta concentración del voto, más aún cuando dos fuerzas se han bajado de la contienda electoral (Juntos en septiembre y Libre21 hoy). 

El MAS podría mantener su tendencia, incluso capitalizar cierto voto indeciso que ve en estas decisiones una "juntucha". Mientras que el efecto de los hechos políticos descritos arriba, más con la bajada de Tuto Quiroga no es matemático, sino político. 

Aplicando una fórmula X sobre las trayectorias marcadas por las encuestas (donde, a grosso modo, el MAS incrementa en un 6%, CC en un 12% y Creemos penaliza con un -12%), el modelo de predictibilidad indica este resultado:

¿Por qué?

Como ya decía, el MAS podría sostener su propia tendencia, mientras Comunidad Ciudadana se favorece más del doble que el MAS (dato conservador, incluso podría ser más), dado que tiene a capitalizar prácticamente toda la intención de voto de Quiroga y relativiza la posición de Camacho en Santa Cruz (sobre todo en el resto del país, donde tenía pobre desempeño). El año pasado, Ortiz tuvo factor similar de descenso x 3, este año Camacho podría sostenerlo a menos de x 1.5 (de nuevo, factor conservador).

Sería comprensible -aunque no justificado e incorrecto- que simpatizantes y militantes del MAS desconozcan la encuesta de Mercados y muestras. Hice el ejercicio omitiendo las encuestas de esa encuestadora, el resultado sería así:

No habría razones sólidas y científicas para dudar de una evidente y marcada tendencia hacia la segunda vuelta.