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8 de octubre de 2012

La Espada del Libertador


foto: © El Ciudadano, sist. oficial de información
Hugo Chávez ha sido reelecto en Venezuela y asumirá su cuarto mandato. El líder de oposición Henrique Capriles ha reconocido la victoria legitimando así el resultado del proceso electoral. 

La victoria tras una reñida contienda electoral auspició la ruidosa celebración que se desató anoche frente a uno de los balcones del Palacio presidencial de Miraflores poco después de anunciarse los resultados oficiales al 90% de votos escrutados.

El breve discurso del presidente re-re-reelecto fue característico de su manejo apasionado de masas y además sorprendió a sus detractores con una conciliadora posición frente a la oposición caprilista. El relato se construyó a partir de la invocación divina a santos, a Cristo y a la memoria del Libertador.

Espada en mano, Chávez tomo el símbolo de lucha del Libertador, la espada de Bolívar. No es la primera vez que lo hace, pero esta no es una vez cualquiera. La Espada del Libertador es un objeto cargado de símbolo que cobra particular sentido en la memoria colectiva y, como afirma el estudio clásico del psicólogo de ruso Lev Vygotsky (1978), este tipo de objetos juegan un rol social de recordatorios que son fundamentales en la memoria emotiva de los seres humanos.

Aviva voz y con la espada en alto, el recién electo presidente Chávez emparejó el triunfo electoral con la historia misma de la lucha por la independencia. Así, el uso de artefactos históricos que le dan un sentido místico y único a las palabras permite reconstruir una nueva dimensión del discurso simbólico y del significado político: el ritual político.

Chávez, el victorioso, el conciliador y el Libertador, ha desplegado anoche un sistema de representación que contiene historia, relato, creencias, identidades colectivas, mitos, luchas sociales, experiencias colectivas, relaciones de poder y proyecto político con una maestría precisa y certera.

Lo de anoche fue parte de una campaña electoral concebida así: el carisma y el impacto de relatos agregados a símbolos, luchas sociales, emociones [Corazón] y también conquistas del pueblo (electorado) latinoamericano que son los principios particulares de la comunicación política en nuestra región. Principios que están probando derrotar a programas centrados en la racionalidad económica o las campañas concebidas en internet y, peor, asesoradas desde afuera.

Las lecciones hay que aprenderlas pronto.

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