Las situaciones de conflicto están recurrentemente presentes en las dinámicas sociales y políticas, como parte dinámica de la expresión de las contradicciones. El conflicto, como propone Edward Azar, es un fenómeno inseparable en las relaciones sociales. Eso sí, encarna las expresiones de cambio político y social en muchos órdenes, escalas, intensidades, tiempos y consecuencias.
El conflicto acarrea, en muchos casos, una significación negativa que conduce muy rápidamente a imaginar confrontación, descrédito, fractura social e incluso muerte. Todas estas condiciones conducen también a buscar formas y mecanismos para la resolución de conflictos, es decir poner fin a una situación no deseada, abordaje bastante popular en la ciencia política tradicional.
Un autor que propone un enfoque distinto –por cierto a partir de un texto bastante breve y sencillo[1]– es John Paul Lederach, quien se ha constituido en un referente alternativo en el abordaje de conflictos. Lederach considera que conflicto no implica automáticamente algo repelente en sí mismo, de hecho, como parte de los procesos sociales dinámicos podría ser una oportunidad para el cambio.
Al reconocer que los conflictos son parte de las dinámicas sociales y una expresión de los intereses humanos por cambiar situaciones dadas o heredadas, la propuesta de transformación desafía la visión estática y determinista de resolución. Centrándose en los aspectos dinámicos de conflicto social, la transformación del conflicto propone buscar creativamente situaciones constructivas de paz que provienen de una constante y evolutiva calidad de relacionamiento y diálogo, escenarios que reduzcan la violencia, aumenten la justicia en interacción directa con las estructuras sociales, y respondan a problemas reales en las relaciones humanas.
El manejo de conflictos, desde uno u otro enfoque aquí expuestos, tiene múltiples ‘puestas en práctica’ también con diversos resultados que normalmente están condicionados a las particularidades del conflicto y la respuesta de los actores, facilitadores, instituciones y otros. Con todo, la propuesta dinámica de la transformación de conflictos supone la recuperación de las contradicciones que permitan pasar a individuos y comunidades de patrones de violencia y destrucción a capacidades y prácticas creativas, sensibles, constructivas y no violentas.
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