1 de noviembre de 2008

Lágrimas congolesas

Durante los últimos días los medios británicos han cubierto ampliamente dos frentes informativos mundiales: las elecciones presidenciales en los EE.UU. y el recrudecimiento de la crisis en la República Democrática del Congo (pueden ver estos enlaces: Guardian, BBC, Independent, The Times).

Es más, el ministro de Asuntos Exteriores del Reino Unido y Francia están en Goma (ciudad al este del país, frontera con Rwanda) explorando una salida diplomática al conflicto (Guardian, 2008) que ha generado casi 5 millones de muertes y millones de casos de atroces violaciones a los derechos humanos.

Hablando con Mandi, un compañero ugandés de la maestría, sobre la complejidad del problema (están involucrados factores económicos, por supuesto, étnicos, culturales, post-coloniales, politicos, entre otros) es difícil pensar que las intenciones de organismos internacionales y humanitarios, e incluso de 'poderosos' gobiernos como el británico y francés, puedan traer como por arte de magia soluciones.

Sin embargo, imaginar ese número de muertes (el 50% de la población total de mi país, por ejemplo) y sufrimiento es algo que no solo debería estremecer sino sugerir acciones. Incluso cuando es posible observar varias deficiencias y limitaciones en viarias organizaciones humanitarias internacionales como Amnistia Internacional o la Cruz Roja Internacional (algunos más críticos sugieren que éstas llevan consigo preceptos de reproducción imperialista e incluso imposición cultural, ideológica y religiosa; además de eventuales 'negociaciones' con los grupos armados que repercuten indirectamente en la propagación del conflicto) creo que la movilización simbólica -mediática- no debe limitarse únicamente a los canales formales e institucionales y nos obliga a decir algo al respecto, a aportar, a marchar y a repensar desde nuestras realidades el mundo en su global iniquidad.

Recibí esta mañana un correo que me parece pertinente amplificar (sigan este link). Es un ejemplo y una causa. Penosamente no la solución ni nada aproximado, pero si quizá el medio para comenzar un cambio.

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