27 de junio de 2025

Jóvenes, IA y el riesgo de perder el primer peldaño

 Hace poco me topé con un artículo que sobre caricaturistas políticos ganadores del Pulitzer que están utilizando inteligencia artificial en su creación. Relatan una relación in/tensa, acelerada, de mucho descubrimiento y potencia, a su vez, con muchas preguntas por resolverse.


Al cierre del artículo, me quedé pensando en un asunto de largo aliento: el impacto de la IA en las oportunidades laborales, especialmente para los jóvenes que recién comienzan su camino. 

Estamos en un momento histórico en el que la inversión en tecnologías que automatizan y aceleran procesos productivos no solo es una tendencia, sino una verdadera apuesta global. Las empresas e instituciones buscan eficiencia, y la IA se presenta como la llave maestra para abrir esa puerta. Pero aquí está la paradoja: esa productividad que se gana en términos empresariales no necesariamente se traduce en un beneficio directo para todos los trabajadores (habrá "ganadores y perdedores") , y menos aún para quienes están en formación. 

Cuando yo empecé, como muchos otros, el aprendizaje venía de abajo hacia arriba. Se trataba de hacer, equivocarse, repetir, entender el ritmo del trabajo y aprender de otros, sobre todo, de crecer en la experiencia práctica. Esta es la manera que puedes escalar, descubrir vocaciones y construir un futuro. Hoy, ese camino podría verse erosionado por la capacidad sustitutiva de la IA. Las tareas operativas, que solían ser el terreno de aprendizaje inicial, están siendo absorbidas por algoritmos y máquinas. 

¿Y qué queda para los jóvenes que necesitan ese espacio para formarse? ¿Cómo construir experiencia si los peldaños básicos están desapareciendo en los ya cada vez más escasos trabajos formales? Es un problema que no podemos soslayar. Es cierto, muchos jóvenes quieren autonomía y cada vez menos empleos fijos, sin embargo, la automatización puede convertirse en una barrera invisible que excluye a quienes todavía no tienen el capital cultural o técnico para insertarse en un mercado laboral cada vez más exigente y digitalizado. Sumar a otros obstáculos como los techos de cristal o los sesgos por discriminación, origen, género, etc.

Por eso, más allá de la fascinación por la tecnología y la promesa de la productividad, urge pensar en políticas públicas y decisiones corporativas claras y transparentes que protejan las oportunidades formativas y creativas. No se trata solo de producir más, sino de invertir en talento humano, en la capacidad de crear, de pensar críticamente, de innovar. La IA podría ser un aliado para potenciar a las personas, no un reemplazo que margina a quienes están dando sus primeros pasos.

📷Foto: Saulo Hernández / Pexels