No se crearon pensado en la política, la democratización de las ideas o como canalizadores de
protestas. De hecho, son casi siempre negocios de publicidad cuya finalidad es vender información
de los usuarios y lucrar con empresas.
Esas plataformas virtuales con nombres foráneos y “códigos” particulares de uso están
intermediando más y más en la última década las relaciones sociales entre personas y grupos en el
mundo -primero urbanos y de clase media del mundo “occidental” pero cada vez permeando más
a países en desarrollo, de diversas características culturales y, dentro de ellos, también a espacios
periurbanos y rurales atraídos sobre todo por jóvenes.
Foto: Jorni.de |
Las “redes sociales” en internet son hoy por hoy una expresión más de las nuevas generaciones y el
frenético cambio cultural en la intermediación de las relaciones a todo nivel. Claro, también en la
política, como no.
En septiembre de 2011 tuvimos un hecho doméstico, casi caricaturesco, el expresidente Carlos D.
Mesa y el entonces ministro de Gobierno, Sacha Llorenti, se “encuentran” en un debate a través
de la plataforma Twitter que llega a los medios masivos como una avalancha de desconcierto y
curiosidad por ese “nuevo” formato.
Se puede convenir que a partir de este momento las “redes sociales” comienzan su vertiginoso
ascenso hacia un lugar en las disputas por el poder, en la misma gestión gubernamental y ahora en
la campaña electoral.
Esta columna comentará de aquí hasta las elecciones el rumbo de la campaña desde esas
plataformas, que son aún formatos muy lejanos para algunos y negados para la mayoría. Aún así,
son ya un frente más de disputa en estas elecciones.
Este texto es parte de las columnas de opinión del suplemento Decisión 2014 de Página Siete, publicado el domingo 17 de agosto de 2014
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ResponderBorrarInteresante iniciativa! Hay que ajustar el diseño y completar las secciones. Estaré atento a sus actualizaciones cuando el portal esté en forma.
BorrarUn abrazo,