6 de junio de 2009

Turisteando por el mundo musical



A qué les suena eso de 'world music'?

Como todo debate musical, que enfrenta inevitablemente a la recurrente trampa de la apreciación subjetiva, del gusto individual, de la moda, la generación o simplemente el estado anímico, ésta palabrita es sinónimo de interesantes discusiones no sólo en el ámbito musicológico y cultural, sino también político y social.

Se argumenta que world music es un meta-género musical inventado a fines de la década de los 80 que explora y promociona la música popular-periférica y la incorpora en el mercado global (léase bien, EE.UU. y Europa, principalmente). Por otro lado, apreciaciones como las de Roy Shuker (2001) ofrecen una visión más crítica del fenómeno, subrayando que world music no es más que una etiqueta de marketing. Otros, como Boyd-Barrett (2001) son incluso más críticos argumentando bajo la premisa político-económica del imperialismo cultural.

Posiciones más flexibles como la de Simon Frith quien señala que la noción de imperialismo cultural es debatible ya que no hay evidencias concretas de cambios radicales de valores pero que es valedero subrayar que las transnacionales lucran y monopolizan. Este debate se complementa con el afán sociológico por entender las globalizaciones (si, en plural) y las 'glocalizaciones'.

En fin, simpático tema y mucha teoría, pero quienes hayan llegado hasta aquí se preguntarán, a dónde apunto? Simon Frith me 'lanzó' hace unos días un idea que se quedó incrustada en mi cabeza: 'turismo musical'. World music es una forma más de hacer turismo clasemediero europeo: Ligera o suficiente conciencia (y sentimiento de culpa), según, sobre las inequidades y realidades en otros entornos culturales; dinero suficiente para comprar discos raros; escuchar música 'diferente' (que en el fondo ha sido 'arreglada' bajo criterios occidentales para que suene 'bien') porque da igual si la entiendes o no, total es música y cada quién la decodifica a su gusto y placer; y moldear la 'necesaria' imagen de individuo globalizado.

Suena un tanto ácido. Yo mismo estoy en un debate interno ya que, por ejemplo, Ismaël Lô me parece una voz fuera de serie pero, al mismo tiempo, esa idea de Putumayo no me termina de convencer. Así, los ejercicios de duos, mixes, arreglos, innovaciones, re-ediciones, etc. son inagotables y cada quien podrá sacar sus conclusiones, si es que las hay, ya que la subjetividad en la decodificación musical está y estará siempre presente así como también la carga ideológica-valorativa que todo producto cultural lleva a cuestas (Eyerman and Jamison, 1998).



Click aquí para escuchar/ver mi playlist Ismaël Lô.

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