16 de febrero de 2010

desde Asunción...



Han pasado ya 29 hrs desde que partí de Londres y estoy ahora en las cálidas tierras guaraníes, en Asunción. Lo más pesado del viaje, irónicamente, son los largos lapsos de espera y lo impersonal de los aeropuertos más que el viaje en sí. Intuyo que esto es ya sabido por muchos y no intento traspasar mi agotamiento a ustedes. Por el contrario, me pareció sugerente compartir las primeras experiencias simultáneamente contradictorias y satisfactorias ‘del retorno a casa’.


Estuve casi 9 horas, en Sao Paulo que no han sido nada agradables. Mientras deambulada de área en área, como hubiera dicho mi abuela: ‘caminando como gallina sin huato’, me topé con un par de pasajeros ingleses que se colgaron a la misma pantalla que yo en la que pasaban algunas imágenes del carnaval de Fortaleza. Sorprendidos, me comentaron el precio de 15$us por un paquete de papas fritas que lo describieron como el ‘equivalente a las pringles’. Yo les respondí que comí el sandwich más feo que recuerde con una lata de gaseosa de guaraná por nueve euros. Londinenses quejándose, nada nuevo, pero sorprendidos por el precio, eso si es raro, eso si es carisimo!


En fin, supongo que la experiencia sirve para sugerirles comer bien o llevarse algo consistente si es en el futuro son ‘forzados’ a una larga espera en Sao Paulo.


Por el contrario, al recordar mi primera visita a Paraguay en 2007, no pude quitarme de la cabeza el sabor de la chipa, una culinaria delicia paraguaya. Al bajar del avión, me caminé por las 5 o seis tiendas que componen el ‘duity free’ pero tuve el éxito esperado. Una amable senora de nombre Martina, atendió mi humildo pedido de dos bolsitas de ‘chipitas’, llamó a su contacto quién atendió el pedido en 5 minutos, 4 euros mediante.


Si hablamos exclusivamente del precio, es posible que esta última compra esté nuevamente sobrevaluada. El asunto es que todo cambia con el entorno, con las condiciones de la transacción, todo cambia con la buena voluntad, el ‘favorsito’ y la sonrisa. Es más, mientras esperábamos el encarguito, intercambiamos comentarios sobre el tereré, difundida manera de tomar la yerba maté en Paraguay. Ella me mostró, contrariamente a lo que yo había visto antes, su termo y poro con yerba amarga para tomarse caliente, según ella, al estilo de los ‘antiguos’ (sonrisas :o).

Aquí estoy, cansado pero contento y bien atendido, en la sala internacional del Aeropuerto en Asunción (bueno completamente solo, se siente rarísimo), tomándome un cafesito pagado con 1 dólar y dos reales juntos (conexión wi-fi incluída), todo gracias a la voluntad del mesero que aceptó la ‘juntucha’ de monedas. Claramente la simultaneidad se ha hecho manifiesta, habrá que disfrutarla!

No hay comentarios.:

Publicar un comentario

Gracias por comentar | Thanks for your comment