Apoyar y/o afiliarse a un proyecto político, o por el contrario ser un detractor y crítico de éste, es parte del ejercicio democrático que muchos, la mayoría, de los bolivianos hemos decidido como curso histórico. El debate resultante de este ejercicio está también sujeto a pasiones, subjetividades, acumulaciones teórico-empíricas y proyectos personales.
Santiago Daroca (@gogodaroca), Verónica Rocha (@verokamchatka) y Francisco Canedo (@llockalla), tuiteros que presumo no comparten por filiación o apoyo mi comentario, me han pedido que explique a qué me refiero con dos apreciaciones sobre la construcción del discurso del MAS. No siento mayor obligación en responder que la de abrir un debate constructivo en el marco del ejercicio democrático arriba descrito.
Este fue el Tweet:
el Tweet en cuestión |
En ese entendido, permítanme poner el debate en contexto, así se reducen asimetrías y mal interpretaciones de inicio. La discusión en la que algunos otros tuiteros -y cabe subrayar, de la que las tres personas arriba mencionadas no participaron en tiempo real- se enfrascaron fue alrededor del "vivir bien" y se comentaba que parecía ser "puro discurso". Una respuesta reflexiva y en tono autocrítico de Eliana Quiroz (@e_liana) decía que era un discurso con "bases teóricas, el problema era que no habían podido operacionalizarlo".
En este marco alerté que, desde la perspectiva de la teoría del discurso, una construcción discursiva opera ideológicamente. Es decir, que no una articulación y construcción discursiva está sujeta a la operación de categorías ideológicas, formas de sintetizar el complejo mundo, sus relaciones y proyectos de poder.
Ahora bien, siguiendo esa conversación Carlos D. Mesa respondió que "El problema es la práctica, es la falta de formación ética y en ciencias humanas" [véase aquí]. Contexto en el cual yo mencioné que el se hacía "un montaje de categorías pseudo ideológicas en desmedro de una construcción ética-política", en consecuencia, la afirmación de la discordia.
La operación del discurso masista ha logrado exitosamente desmontar categorías discursivas reemplazándolas muy hábilmente por operaciones complejas desde interrelación dialéctica de la memoria corta y la memoria larga. Como resultado tenemos recursos y clivajes discursivos como: "neoliberalismo" vs "proceso de cambio", por citar un ejemplo ilustrativo.
Así, el MAS ha articulado, o como digo en el tweet ha montado, un discurso pseudo ideológico, que no sintetiza el proyecto histórico brevemente descrito líneas arriba, que no aborda un proyecto de poder desde la reimaginación de las relaciones sociales y culturales, ya que su resultado continua produciendo y reproduciendo las asimetrías en la economía, el Estado, el medio ambiente y la sociedad.
La construcción ética-política corresponde a un proyecto histórico/generacional de democracia, es decir un espacio de convivencia política que parta de principios humanos, equilibrados, integradores y basados en la igualdad y la justicia social. Ese fue el proyecto, insisto, histórico que entiendo muchas y muchos nos hemos sumado. Ahora, lejos de cualquier caricaturización, el MAS no ha asumido este su proyecto de poder desde esa perspectiva.
¿En qué me baso? En que su construcción discursiva se desmorona frente al horizonte ético de la pluralidad democrática (ya ni los propios masistas niegan el proyecto hegemónico, ojo, digo hegemónico y no autoritario o dictatorial ya que insisto en varios espacios que este es un gobierno legítimamente democrático). Me baso en que su proyecto hegemónico no propone, hasta ahora, la transformación de las relaciones éticas del poder sino que, instalado en el Estado, busca la mera consolidación de ese horizonte hegemónico que no es más que la reproducción de lo anterior.
Respondidos quedan.
La operación del discurso masista ha logrado exitosamente desmontar categorías discursivas reemplazándolas muy hábilmente por operaciones complejas desde interrelación dialéctica de la memoria corta y la memoria larga. Como resultado tenemos recursos y clivajes discursivos como: "neoliberalismo" vs "proceso de cambio", por citar un ejemplo ilustrativo.
Así, el MAS ha articulado, o como digo en el tweet ha montado, un discurso pseudo ideológico, que no sintetiza el proyecto histórico brevemente descrito líneas arriba, que no aborda un proyecto de poder desde la reimaginación de las relaciones sociales y culturales, ya que su resultado continua produciendo y reproduciendo las asimetrías en la economía, el Estado, el medio ambiente y la sociedad.
La construcción ética-política corresponde a un proyecto histórico/generacional de democracia, es decir un espacio de convivencia política que parta de principios humanos, equilibrados, integradores y basados en la igualdad y la justicia social. Ese fue el proyecto, insisto, histórico que entiendo muchas y muchos nos hemos sumado. Ahora, lejos de cualquier caricaturización, el MAS no ha asumido este su proyecto de poder desde esa perspectiva.
¿En qué me baso? En que su construcción discursiva se desmorona frente al horizonte ético de la pluralidad democrática (ya ni los propios masistas niegan el proyecto hegemónico, ojo, digo hegemónico y no autoritario o dictatorial ya que insisto en varios espacios que este es un gobierno legítimamente democrático). Me baso en que su proyecto hegemónico no propone, hasta ahora, la transformación de las relaciones éticas del poder sino que, instalado en el Estado, busca la mera consolidación de ese horizonte hegemónico que no es más que la reproducción de lo anterior.
Respondidos quedan.
La aseveración de P.A.R. sobre que "la transformación de relaciones éticas del poder" no ha sido propuesta por el partido gobernante encuentra en los hechos históricos su propia negación.
ResponderBorrarVeamos, para muestra el botón de los cocaleros como grupo corporativo protagonista de esta transformación arriba mencionada.
Esta corporación no solo se ha introducido en el poder político - la misma persona consitutye Presidente del Estado y presidente de las federaciones del Chapare - sino también económico, efecto bastante aparente para el resto de la sociedad, y que viene asentándose en nuevos enclaves sociales al tomar control de nuevas clases medias y burguesas debido a sus amplias carteras y bolsillos.
Partiendo de que ético no significa necesariamente positivo o negativo sino una propiedad de una conducta. Entonces podemos afirmar que la forma de vida (económica) de los cocaleros ha sentado conductas y actitudes que - al ser permitidas y hasta alentadas - se están constituyendo en formas que acuñan su rol, lugar y protagonismo en la sociedad.
Este fenómeno, para la mayoría, tal vez inaceptable, constituye por defecto una transformación real, fáctica, operativa de la sociedad boliviana. A tal punto que algunos analistas, historiadores y elementos de la sociedad civil denominan narco-estado. Hé ahí, la transformación (in)ética del poder político y económico.
Resulta ciertamente interesante el argumento propuesto en el anterior comentario [lamento que venga como anónimo].
ResponderBorrarComparto que "transformación" no es intrínseco a "avance", "mejora" o, como se nos plantea discursivamente, "vivir bien".
Eso sí, el argumento que ofrezco es que la construcción prometida de una nueva "ethos" en la práctica política ha quedado en el camino, quizá en el proyecto, mas no en la re/composición ideológica, mucho menos en la práctica.
Gracias por pasar y comentar.
Los datos estadísticos dicen lo contrario. Hay más gente que han engrosado las filas de la clase media desde la marginación.
ResponderBorrarEn el aparato estatal, mayor dador de empleos del país, hay mucho más gente proveniente de sectores sociales que antes no estaban con asignaciones de poder.
La nueva ethos se refleja en que ahora practicar o ser permisivos de una actividad como la cocalera, que provee insumos para el narcotráfico, "no está mal en sí porque el acullico de la hoja es sagrado". O sea que la permisividad neutraliza valores que otrora eran mayormente repudiados; ergo, nueva ethos.
Si la generación de ingentes fondos ilícitos, fuentes de trabajo en el limbo de la legalidad, el lavado y legitimación de dinero malhabido, el catalpulteo de gente con muchos recursos a nuevas actividades sociales y de poder, no constituye una práctica, que son actividades palpables, medibles y observables entonces no es practicidad, entonces redefinamos "práctico".
Ahora, que este fenómeno tangible no se dé por por razones ideológicas o teóricas es totalmente inconsecuente, púes en la realidad el resto de la sociedad civil contempla al fenómeno pasmada, insegura, atemorizada, y en estado de rehén. También real y medible.
Al final, no es que la realidad tenga que atenerse, pronunciarse o disfrazarce de una teoría; es la teoría que debe adecuarse para tratar de echar luz sobre la realidad para entenderla.
La realidad objetiva no necesita teorías; es al revés para sustentar ejercicios abstractos.
La anterior apreciación genera un problema de orden y veracidad. ¿Es la misma persona que escribió antes? El argumento indica que no, sin embargo, esto me lleva al sinuoso terreno de no saber a quien respondo.
ResponderBorrarConcluyo: responderé a quien le "pueda ver la cara". Gracias por visitar y comentar, de todas formas.
Im-pre-sio-nan-te... Un post totalmente digno de ser comentado en algún libro de Alain Sokal...
ResponderBorrarQuerido Payo:
ResponderBorrarDisculpa por no contestar antes, cerrar el año es una cuestión complicada, lo sabes. En todo caso como retuiteaste el post supuse que aún no estaba tan resfriado como pensé, por ello te respondo, aunque no tengo mucho que responderte.
Sigo sin entender a qué te refieres con "categorías pseudo ideológicas" porque tu ¿explicación? sobre esta categoría (a mi criterio paradójica) es, en realidad una opinión respecto a la contradicción discursiva del gobierno del MAS, lo cual -aún siendo cierto- no le quita calidad ideológica a un proyecto, al menos no teóricamente.
Y, lastimosamente, sigo sin entender, tampoco, a qué te refieres con construcción ética-política, pues dicha categoría teórica compuesta simplemente la desconozco; y por eso -creo- que preguntaba Santiago a qué te referías. En cambio, nos señalas lo que tú consideras es una categoría ética-política en este tiempo y en este lugar; en la cual, por supuesto, podríamos estar en desacuerdo, en cuanto sepamos a qué te refieres.
El tiempo es corto pero siempre será interesante poder vertir algunos comentarios de corte académico; aunque siempre has sabido que de las posturas políticas tampoco me corro, sobre todo yo que -como sabes- las tengo manifiestas.
Un abrazo,
Antes que nada dos aclaraciones: esta respuesta no tiene origen en apoyo o filiación alguna y, segunda, tampoco trata de defender una causa, ideología o discurso sino, sencillamente, discutir categorías que se proponen, a mi juicio, con poca distancia de lo personal.
ResponderBorrarAquí va otra de Sokal. Juguemos. En el post(moderno) de referencia, se trata de explicar un concepto a partir de un diagnóstico. Se arguye que el MAS monta un discurso pseudo-ideológico cuando no sintetiza un proyecto histórico, no aborda un proyecto de poder desde la re-imaginación de las relaciones sociales y culturales y cuando tiene por resultado, la reproducción de las asimetrías en la economía, el Estado, el medio ambiente y la sociedad. A ello mi réplica en tres sentidos.
Primero y utilizando el mismo diagnóstico. Una ideología siempre puede ser conservadora, por tanto pretender remozar un mismo proyecto histórico, mantener cierto esquema de relacionamiento social y cultural, todo ello con el objetivo de mantener un determinado esquema de poder. Así, siguiendo el argumento de Payo, estaríamos frente a una ideología, conservadora, pero ideología.
Segundo. El argumento de Payo choca con dos sencillas ideas: (i) La contradicciones en las acciones no hacen falsa una ideología y; (ii) una lectura falsa de la realidad (la que hace el MAS, si tu quieres) no hace falsa una ideología.
Tercero. Si acordamos que por ideología se entiende un conjunto de ideas suficientemente abarcativas como para explicar la realidad y, por otro lado, que incorporan un conjunto de acciones para cambiar, mantener o modificar esa realidad, estaremos de acuerdo en que la suma de ideas no constituye, necesariamente, ideología y que, por tanto, el “Vivir bien” no es una ideología, pero también que, al no pretender serlo, tampoco puede ser una pseudo-ideología.
P.D. Mi cuenta en tuiter es con ck.
P.D. Queda por comentar el contrasentido de "la construcción ética-política" y la dificultad de asenso en el fin ético de la política.
Gracias por las últimas réplicas, siempre enriquecedoras.
ResponderBorrarQuiero apelar, así de entrada, al despojo de toda susceptibilidad ya que mi intención no ha sido ni es calificar o encuadrar a nadie, y menos a sus ideas.
Una segunda apreciación es que no apelo a Alan Sokal en ningún momento, simplemente porque no he tenido la oportunidad de aproximarme a sus postulados. Me baso, en todo caso, en la teoría del discurso desde el construccionismo británico.
Así pues pienso que llegamos a un punto interesante de de complementación con Francisco (@llockalla), sobre todo en lo que al "vivir bien" respecta. Las tres apreciaciones, siento, lejos de refutar mi argumento, lo complementan desde otras capacidades. Mi Las líneas iniciales no abordan si el MAS reproduce o no argumentos ideológicos, lo que sostengo es que su construcción discursiva, ojo, discursiva, se sostiene en hilos pseudo-ideológicos, es decir, no (se) reproduce (en) una realidad precisa y sostenida. En todo caso, lo que hace es reproducir las asimetrías sociales, económicas y culturales, con otros matices, del viejo paradigma ideológico.
el primer "post data" ha sido corregido, espero por el segundo.
Saludos desde el invernal báltico!
Muy buenooo!!!
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