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Foto: Alain Bachellier (CC BY-NC-ND 2.0) |
El caso del excontratista de la CIA Edward Snowden y la filtración de los métodos de espionaje digital implementados por la agencia estadounidens de Inteligencia es un escándalo que poco o nada tenía que ver con Bolivia, en principio.
El bochorno diplomático desencadenado por una supuesta imposición de Estados Unidos sobre algunos Estados europeos que impidieron el sobrevuelo por su territorio del presidente Evo Morales, quien retornaba de Rusia tras la segunda Cumbre de Países Exportadores de Gas, derivó en la multipolarización del problema.
El desprestigio ha manchado aún más a Estados Unidos y a algunos gobiernos europeos —algunos de los cuales, se sabe irónicamente, fueron espiados por el programa filtrado—, mientras que ha catapultado a escala planetaria el discurso antinorteamericano que Morales y otros pares latinoamericanos lideran desde hace ya años.
El “estallido” mediático de la noticia se generó, como ya viene siendo una tendencia global, a través de medios sociales en internet y esto también se vivió intensamente en el país, determinante en el curso de la noticia y el discurso. En el caso de Twitter, la velocidad con que la información circula supera a la de los medios tradicionales como la televisión o la radio. Es más, en estos casos son los medios los que se alimentan de fuentes como Twitter para informar.
Esto tiene varias aristas y es parte de un amplio debate en el sector; por temas de espacio subrayo aquí dos elementos. Por un lado, el flujo de información se hace en tiempo real, la actualización es constante y la diversidad de fuentes puede contribuir a una mirada mucho más amplia. Los recursos multimedia y datos ayudan a los medios y las audiencias a “vivir” y reproducir la noticia de manera más completa.
Por otro lado, mucha de la información que circula no se logra verificar y los rumores pueden posicionar versiones distorsionadas o imprecisas de una noticia. Es difícil filtrar y precisar fuentes, lo que deja mucho margen para la maniobra de agendas mediáticas y políticas.
Considerando estos elementos y la complejidad de actores y canales de información intervinientes, hay tres dimensiones de la noticia a partir de las redes sociales en internet que conviene analizar con detenimiento y que deben alertar tanto a la audiencia y los gestores de información nacional, hoy muchos asiduos tuiteros.
Por un lado, el martes 2 de julio la noticia internacional estalla en Twitter bajo dos titulares “Portugal y Francia niegan acceso a espacio aéreo a avión del presidente Morales” y “Presidente Morales aterriza de emergencia en Austria tras prohibírsele pasar por espacio aéreo de Francia y Portugal”.
Si bien el canciller David Choquehuanca es quien denuncia ante los medios nacionales e internacionales el atropello contra la inmunidad de Morales, los tweets que reflejan la noticia entre la audiencia nacional hablan de “secuestro” y “detención” del Mandatario. Nótese que en ambos ámbitos hay una imprecisión y sensacionalismo distorsionador y poco informativo.
Horas después, se pudo
acceder públicamente a través de la web, gracias a periodistas nacionales, a fragmentos del audio entre el piloto del FAB-001 y la torre de control del Aeropuerto Internacional de Viena a partir del cual se descarta cualquier “aterrizaje de emergencia” y más bien un aterrizaje por precaución.
A partir de la diseminación de un mensaje de “emergencia provocada”, producto de la negativa portuguesa y francesa aún por esclarecerse, así como de la retención por más de 13 horas del presidente Morales violando tratados internacionales, se construye todo un discurso de agresión, detención y violación del derecho internacional, lo que provoca indignación nacional y regional reflejada en la web, incluso de tuiteros opuestos al Gobierno. Asimismo, la reacción política regional vio la luz también en Twitter, lo que sugiere la segunda dimensión de análisis.