Voy a comentarles un tema medio jodido -como decimos en la jerga paceña- que estuvo circulando en la prensa internacional las últimas semanas. Un señor llamado Guillermo "Habacuc" Vargas expuso el año pasado una obra "plástica" llamada "eres lo que eres" más que polémica. "Natividad", un perro callejero enfermo, fue atado en plena galeria de arte y abandonado hasta morir de inanición. Ahora, se está recolectando firmas y adhesiones online con el fin de impedir la repetición de dicho acto en la próxima Bienal Centroamiercana a realizarse en Tegucigalpa, Honduras en septiembre próximo.
Mi hermana estará ya a estas alturas muerta de la rabia y casi al borde de petear el teclado de la computadora despotricando contra el ciudadano aquel y quienes permitieron la macabra ceremonia. Sin embargo, he tratado de encontrar en medios electrónicos alguna información extra sobre el por qué de dicha acción y lo que encuentro es que "Habacuc" prentede realizar una denuncia sobre los miles de perros callejeros viviendo en las calles centroamericanas (aquí podemos hacer una reproducción a millones viviendo en las calles latinoamericanas) y que no reciben atención alguna.
Hay dos elementos esenciales en este asunto. Lo primero es que la denuncia, como categoría sociológica y política, ha estado históricamente ligada a manifestaciones artísticas y culturales a lo largo de la historia. En un sentido puro, podríamos estar o no de acuerdo con el contenido de la obra pero no por ello "juzgar" al bizarro artista. Lo complicado del contenido en particular nos lleva forzosamente al segundo elemento importante: se esta atentando, deliberadamente, contra la vida de un ser.
El arte crea, no destruye por mas crueldad que se quiera expresar. Se me ocurre como ejemplo al pintor español Francisco Goya y su obra Saturno devorando a sus hijos (clic aquí para ver) cuya repercusión en su tiempo tuvo tonos de escándalo, pero donde nadie resultó lastimado y menos muerto en nombre de la denuncia y peor aún en nombre del arte.
No soy artista pero respeto mucho a quienes lo son y viven en consecuencia. No soy un crítico experto pero pienso que en esto solo debería imperar el sentido común (el menos común de los sentidos, como bien sabemos) para hacer una diferencia sustantiva entre el dudoso y bizarro activismo propuesto por este tico medio tocao y la expresión del arte.
Es realmente cruel y penoso lo que pasó con Natividad, el animal sacrificado, pero no nos rasguemos las vestiduras firmando el librito electrónico o reenviando el macabro video por el facebook y en todo caso busquemos desde lo más cotidiano acciones que nos rediman de la inexorable culpa que cargamos como especie humana por el sufrimiento de millones de animales.
Más información e imágenes de la obra: is this art? , a dead dog as art y Death for no reason (artículos en inglés)
http://artehabacuc.blogspot.com/
ResponderBorrarEstimado, evidentemente es cruel la acción no?, pero coincido contigo que habría que pasar a una acción más efectiva por más dura que suene.
ResponderBorrarEl crecimiento descontrolado de canes y felinos domésticos es dramático, cosa que obviamente no es culpa de los mismos que de educación sexual no saben nada y peor no són concientes de maltratos cotidianos que tienen sus "dueños" irresponsables con ellos y con los demás conciudadanos.
La responsable de Animales SOS (que no es santo de mi devoción) mencionó el otro día que por cada niño/a que nace en Bolivia, nacen cerca de 25 perros y más de 30 gatos, que obviamente sus "dueños" mantienen cómodamente en las calles circundantes a sus casas conformándose sólo con darles un plato de sobras. Sabemos como es la cosa. Su propuesta, que no parece tan descabellada, es el pago de impuestos por mascotas que de alguna forma garantice las condiciones de manutención de estas mascotas o pensarlo realmente dos veces para tener a una en esas condiciones. La alternativa para pagarlos es la castración para evitar la reproducción irresponsable. Asimismo, el aumento de responsabilidades para que cada "dueño" que tiene una mascota salga con su bolsita para limpiar sus excrementos, porque probablemente es una belleza tener un perro gigantesco en tu departamento porque es "buenito" o "te hace compañía" y sacarlo a (perdón la expresión) cagar las calles y plazas de La Paz porque sino te "arruina tu departamento".
Obviamente el tema impositivo es inviuable porque ha cambiado gobiernos en Bolivia, pero tal vez, poco a poco, debería exisitr una conciencia colectiva del hecho. Yo creo que probablemente sería tan irresponsable como lo que describo antes, por eso no tengo ese tipo de mascotas y si la tuviera la castraría (por duro que suene).
Como planteas en otro artículo hay que aprender a convivir con el planeta, con sus recursos limitados y con otros seres humanos y para ello hay que hacer algo cotidianamente, o responsablemente dejar de hacerlo no?
El anterior era por si acaso yo, un abrazo
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