Emprender un viaje fue siempre una enorme alegría. Tengo memorables recuerdos desde muy pequeño cuando, por ejemplo, me prendía de la mano de mi hermana, "osito" en la mochila y Lloyd a Tarija para pasar vacaciones con mi abuela. O cuando a mis padres nos llevaron a conocer el mar. Desde muy chico también me gustaron los Beatles. Mi padre solía tocar sus discos comprados en Tokio hacia unos años atrás y a pesar que yo no entendía lo que decían siempre motivaron sonrisas, bailes, silbidos y tarareos. Tal vez por eso los quiero a esos muchachos, me recuerdan mucho a una infancia feliz.
Con la misión de cumplir un sueño, partimos la madrugada del sábado pasado rumbo a Liverpool, la ciudad de Los Beatles.
Centro urbano portuario de tradición industrial y obrera. Más pequeño de lo que imaginaba y mejor organizado y amable de lo que la gente del sur de Inglaterra comenta, esta simpática ciudad del norte vive e irradia una idiosincrasia diferente al resto del país que hasta ahora conozco. Su gente parece vivir más relajada, de forma más sencilla.
Liverpool expresa una gran identidad (también un particular acento, más cantado y difícil de entender) respecto de su patrimonio reciente y tal vez por ello entre otras muchas cualidades ha sido designada como Capital Europea de la Cultura 2008. A pesar de todo ello, Los Beatles otorgan un referente central a la ciudad. Son un símbolo para su gente y el orgullo de varias generaciones.
Así que destinamos dos días casí completos a Los Beatles. Lo más vibrante fue el descenso hacia The Cavern, el club donde tocaron entre 1960 y 1963, y que a pesar de pequeñas modificaciones conserva la mayoría de la infraestructura original. Lo emocionante fue Mendips, la casa de John Lennon entre 1945 y 1963 y 20 Forthlin Road, la casa de Paul McCartney en cuyo salón fue decidido el célebre nombre para la banda. Lo nostálgico fue descubrir Strawberry fields y Penny Lane.
Más allá de esta "beatlemania" la ciudad nos ofreció mucho. Festivales culturales, personajes particulares, edificios simbólicos, etc. En fin, espero poder detallar más adelante en un post especial esas experiencias y lugares. Sin embargo, puedo decirles que ha sido un viaje inolvidable
Comparto con ustedes mi álbum web aquí.
Centro urbano portuario de tradición industrial y obrera. Más pequeño de lo que imaginaba y mejor organizado y amable de lo que la gente del sur de Inglaterra comenta, esta simpática ciudad del norte vive e irradia una idiosincrasia diferente al resto del país que hasta ahora conozco. Su gente parece vivir más relajada, de forma más sencilla.
Liverpool expresa una gran identidad (también un particular acento, más cantado y difícil de entender) respecto de su patrimonio reciente y tal vez por ello entre otras muchas cualidades ha sido designada como Capital Europea de la Cultura 2008. A pesar de todo ello, Los Beatles otorgan un referente central a la ciudad. Son un símbolo para su gente y el orgullo de varias generaciones.
Así que destinamos dos días casí completos a Los Beatles. Lo más vibrante fue el descenso hacia The Cavern, el club donde tocaron entre 1960 y 1963, y que a pesar de pequeñas modificaciones conserva la mayoría de la infraestructura original. Lo emocionante fue Mendips, la casa de John Lennon entre 1945 y 1963 y 20 Forthlin Road, la casa de Paul McCartney en cuyo salón fue decidido el célebre nombre para la banda. Lo nostálgico fue descubrir Strawberry fields y Penny Lane.
Más allá de esta "beatlemania" la ciudad nos ofreció mucho. Festivales culturales, personajes particulares, edificios simbólicos, etc. En fin, espero poder detallar más adelante en un post especial esas experiencias y lugares. Sin embargo, puedo decirles que ha sido un viaje inolvidable
Comparto con ustedes mi álbum web aquí.
suena genial!!
ResponderBorrara mi tambien me gustan los beatles.. espero un dia poder caminar por las calles de Liverpool, no se me habia ocurrido antes, che!
que bueno el post, en este momento me pondre a escuchar algunos disquitos...
saludos!!