9 de junio de 2013

Twitter y la nueva narrativa política


Los medios sociales son plataformas de interacción en Internet que ya se han constituido como otros 'escenarios' para la práctica política. Eso sí, las nuevas herramientas en la web implican una nueva narrativa y una nueva forma de construir la imagen y el mensaje políticos.

Twitter, la plataforma web de envío de mensajes cortos de hasta 140 caracteres, seduce cada vez a más actores políticos porque posibilita el flujo directo y horizontal de ideas, posiciones e incluso respuestas de políticos a ciudadanos, y viceversa; puede servir de termómetro de intensidad e impacto de determinados mensajes políticos; y también se proyecta como en una herramienta de campaña permanente, práctica que se consolida en la comunicación política contemporánea, dando por sentado sus enormes potencialidades en procesos electorales.

No todo es simpatía, por supuesto. Los actores políticos se exponen en este espacio de manera abierta al ataque y 'bombardeo' desde cualquier frente. Un desliz, un error de apreciación o incluso de ortografía, como también un mensaje no elaborado con cuidado estratégico puede generar un efecto negativo y comprometer su imagen pública.

Es que sucede que hoy Twitter acoge a políticos, periodistas, medios, analistas, líderes de opinión, deportistas, artistas, famosos, ciudadanos e individuos, en igualdad de condiciones y en el 'mismo terreno'. Esta plataforma web alimenta las agendas mediáticas y noticiosas provocando un efecto inmediato en los medios de comunicación tradicionales como la TV o la radio.

No extraña, por tanto, que en algunos casos equipos de asesores manejen o filtren cotidianamente la actividad ‘tuitera’ de políticos, aunque hay ejemplos, incluso en Bolivia, de figuras públicas y políticas que han comprendido con precisión tanto oportunidades como riesgos en el uso de Twitter. Entre esas oportunidades, el intercambio y la conversación horizontal de algunos políticos les permite 'humanizarse', mostrarse más cercanos a la ciudadanía.

Pero hay otro factor importante. Twitter no se ha creado para expandir la práctica democrática ni tampoco para desarticular las asimetrías de la información y la comunicación en el mundo, es ante todo un negocio, un emprendimiento exitoso en la web que busca generar ganancias.

Su uso gratuito no exime al usuario de tener acceso a Internet lo cual inmediatamente se convierte en restrictivo y excluyente en las limitadas condiciones de conectividad y acceso a la web de Bolivia.
Twitter no es la panacea de la comunicación digital o política. Como otros fenómenos comunicacionales basado en el desarrollo de tecnologías puede llegar a ser superado por nuevas iniciativas en el futuro.

Con todo, ha incorporado un nuevo mecanismo de intercambio y flujo de información en la narrativa política que está cambiando la manera de producir y reproducir el mensaje, de construir la imagen, y de impactar de manera estratégica o equivocada en la opinión pública y, por tanto, de hacer política.

Artículo publicado el 9 de junio de 2013 en Animal Político de La Razón. Se puede leer en este enlace.

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