A 5 meses de la elección presidencial en Bolivia, entramos en la "etapa constitutiva" de las fuerzas electorales. Es decir, se consolidan las disputas narrativas y los segmentos de votos en disputa.
Justamente ayer, a 153 días de las elecciones, el periódico La Razón -en una buena lectura del timing electoral- publica una encuesta a nivel nacional sobre la intención de voto.
Tras su proclama, el apoyo del Secretario General de la OEA y estas encuestas, las filas masistas habrán comenzado la semana con una sonrisa. Tienen motivos para alegrarse, aunque otro par más para preocuparse.
En este post traduzco la encuesta en clave de configuración del escenario electoral y las alternativas que parecen marcar tendencia para las fuerzas en disputa.
Si tomamos como referencia la "fotografía" entregada por dicha encuesta, el resultado electoral sería muy cercano a este:
¿Por qué?
En Bolivia, el resultado final -y los escaños- se toman con el total de votos válidos. Lo que hice con la encuesta es proyectar el ausentismo y votos nulos/blancos histórico del país para recalcular cómo quedaría el resultado final. Así, el MAS-IPSP de Evo Morales ganaría las elecciones en primera vuelta por lograr una distancia de más de 10 puntos respecto del segundo.
Aquí no contamos con el voto en el exterior, que podría llegar a un 3 o 4 por ciento del padrón, y si se concentra en Argentina, el MAS-IPSP tiene serias condiciones de capturar 3/4 partes de ese voto, lo cual solo reforzaría su victoria con un +-46%.
El voto rural -sobrerepresentado por población en escaños- y la eventual victoria en 6 o 7 de los 9 departamentos, le dejaría al partido gobernante con la mayoría relativa de ambas cámaras, aunque esto podría tener matices, pues podría no ser tan fácil capturar escaños uninominales y quizá incluso disputas aún por verse en Chuquisaca, Santa Cruz, e incluso La Paz (los 2 departamentos con más votos, con más diputaciones plurinominales y uninominales).
¿Morales y Mesa son las únicas opciones?
Decía al principio que estamos en la etapa constitutiva de estas elecciones. Aún hay margen para "sorpresas", pero en líneas de tendencia, las encuestas marcan que hay 2 candidatos posibles: Evo Morales y Carlos Mesa. Punto.
foto: La Voz de Tarija |
¿Qué viene para el MAS?
Una campaña conciliadora, de recuperación de confianza y de segmentación. Seguramente tendrán encuestas y grupos focales que le estarán perfilando sus márgenes aún por conquistar. No nos extrañemos en ver más calle, más mitines en ciudades intermedias, más despliegue territorial y un relato muy tipo "somos la unidad", alegría, "hay horizonte y se ve bien".
¿Y para la oposición?
Bueno, conviene distinguir -como vengo afirmando desde hace años- a las oposiciones. Por un lado, a las cuatro candidaturas de abajo, Nina, Patzi, Lema y Paz, les toca decidir pronto si van a disputar "la salvación de la sigla" o apalancan acuerdos. Entre ellos suman un nada despreciable 7%, que en al menos 3/4 partes podría ir a recalar en otro opositor. Matemática lineal que no se aplica jamás a rajatabla, aunque hay que tomar en cuenta como variable de dispersión del voto -tan obvia en la elección del 2014.
Esto último es relevante pues con un par de ajustes territoriales, quedaría "en veremos" la victoria en primera vuelta del MAS. Así de relevante podría ser.
La otra lectura, no excluyente a la anterior en mi criterio, la hace Julio Aliaga, al insistir en la Unidad, unidad, unidad, sumando incluso a líderes opositores fuera de la contienda (Doria Medina y Jorge Quiroga). Coincido con Julio en un aspecto, a Ortiz y a los Demócratas, les interesa poco alentar a Mesa, pueden vivir con "Evo presidente" por uno o más periodos, siempre y cuando se vean con músculo para no perder "su" territorio: Santa Cruz.
El otro aspecto que debe repensar la oposición electoralmente viable es la fuerza simbólica. No ha logrado de manera consistente disputar espacios ni siquiera en las redes sociales -donde hay más dudas que certezas. El mapa electoral señala un evidente 40% "anti-MAS", un voto duro en contra del partido de gobierno, que probablemente esté dispuesto a hacer algo más que faisbuquear contra Almagro o alguna metida de pata del gobierno.
El otro aspecto que debe repensar la oposición electoralmente viable es la fuerza simbólica. No ha logrado de manera consistente disputar espacios ni siquiera en las redes sociales -donde hay más dudas que certezas. El mapa electoral señala un evidente 40% "anti-MAS", un voto duro en contra del partido de gobierno, que probablemente esté dispuesto a hacer algo más que faisbuquear contra Almagro o alguna metida de pata del gobierno.
A Carlos Mesa y su equipo le quedan días de poco sueño y decisiones, decisiones, que tomar. Toca operar más y reconfigurar sus opciones, y hacer -o escuchar- menos del "marketing" electoral.
Si los demócratas a la cabeza de Costa y Ortíz pueden vivir con "Evo Presidente" unos años más, ¿qué dices de la posibilidad de que Mesa renuncie y le entregue su apoyo a Ortiz? ¿factible?
ResponderBorrarInimaginable. Imposible.
BorrarSería un pateo de tablero enorme, una jugada mucho más arriesgada que la que hizo CFK en Argentina, pero no diría "imposible", Julio.
ResponderBorrarMesa y su gente necesita operar, el MAS ha bajado casi todas sus cartas, la tendencia le favorece -aunque no como quisieran todos los masistas. Ortiz está fuera de la pelea y sus opciones, si realmente son de disputa por el poder en estas elecciones, son pocas -incluida la que dice Andrés.