6 de abril de 2020

Diario de cuarentena | Día 15 - No son días para dormir demasiado


Comienza la tercera semana de cuarentena, nada indica que vaya a terminar en unos días, así que conviene mantener la cuenta por semanas, aunque sea de reojo. Lo seguimos llevando bien: un desequilibrio manejable entre el trabajo -que se ha incrementado en ambos-, las tareas del hogar, las ya más o menos ordenadas rutinas de compras, el jomesculin del hijo mayor (que en su caso en realidad resulta un cumplimiento formal de tareas) y el estímulo creativo y de coordinación con la menor. 

Mi consumo informativo ha decaído sustancialmente. Simplemente no encuentro retorno en escuchar las noticias nacionales y sigo también de reojo el bamboleo de medidas paliativas del paupérrimo sistema de salud pública, la insensatez de spots televisivos amenazantes o la increíble incapacidad de instalar a 500 compatriotas en un recinto con mínimas condiciones de dignidad. y claro, el recuento de casos y fallecidos. 

Las preocupaciones elementales siguen presentes, velar por la familia y que el virus no llegue a los círculos más cercanos. Sin embargo, estoy rondando a asuntos de trascendencia coyuntural y mucho más sistémicos. ¿Qué viene luego? ¿Cómo anticiparse y amortiguar, si acaso fuera posible, el impacto de la profunda recesión económica que se avecina? ¿Cuál es la magnitud de los daños colectivos de la cuarentena y a su vez cuáles son las oportunidades de cambio y transformación de inequidades históricas? ¿El miedo al coronavirus es tan poderoso como para desplazar de las preocupaciones inmediatas las garantías por los derechos humanos y las libertades? ¿Qué marcos de pensamiento prevalecerán y configurarán las nuevas relaciones políticas y culturales?  

El esloveno Slavoj Žižek clama el golpe mortal al capitalismo como lo conocemos haciendo una analogía a la filosa katana de Kil Bill, mientras el coreano Byung Chul Han le retruca vaticinando un giro en el balance de poder en favor del modelo asiático. Al mismo tiempo, el historiador israelí Yuval Noah Harari nos habla de una transformación sistémica desde la tecnología, el estallido de modelos ortodoxos en la economía y las relaciones productivas, así como una nueva oportunidad para enfrentar en serio la crisis climático y las bases culturales que nos llevan al despeñadero ambiental. 

La filosofía política está altamente revolucionada, mientras el Financial Times, el medio emblema del capitalismo financiero londinense, se lanza el sábado con una editorial sorprendente, impensada, aboga por un nuevo contrato social que cambie las bases de las relaciones económicas establecidas desde la II Guerra Mundial, llama a un Ingreso básico universal, más impuestos a los más ricos, más inversión en servicios públicos y más distribución del ingreso. 

No son días para dormir demasiado, ni ver muchas noticias.


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