El diario de cuarentena sigue sumando entregas -no tan frecuentes como quisiera, quedan ideas sueltas y borradores inconclusos. He abierto una pestaña para archivarlos de manera cronológica.
Los datos y las condiciones no parecen indicar que el 30 de abril se suspenda nada, así que no hace ningún sentido siquiera ponerse esa fecha en el horizonte. Llevo un ritmo sobrecargado de trabajo que deja poco margen para salirse de las rutinas del encierro: tareas recurrentes del hogar, asumir el rol cotidiano de co-educador, pensar y hacer el encierro más llevadero al resto y el teletrabajo.
Las salidas de casa son esporádicas y puntuales, en todo momento hay que reconocer el privilegio de poder cumplir la cuarentena en casa, con servicios y necesidades básicas cubiertas. El "día del extramuro", como apuntó hace semanas mi amigo Sergio Sánchez, se ha vuelto un rito de vestimenta, artefactos y comportamientos rígidos y calculados: Carnet en el bolsillo, gorra y mascarilla -la mentada mascarilla- listas de compras en papel o en el celular, carrito de compras, a mantener distancias y con ruta precisa.
Se ha pasado de las "compras de pánico" a un rígido clima de rutina mínima. En las últimas semanas he visto cada vez más gente queriendo vender y menos comprando. Más filas por los bonos, más mesas y acciones solidarias y progresivamente más gente deambulando por comida o unas monedas. Las mascarillas o barbijos han dado vueltas, ¿te protegen del virus o protegen al resto de que tú puedas contagiarles?
El exfutbolista británico e influencer mediático, Gary Lineker lo puso claro y alto:
How can there be any debate about whether we should be wearing a mask? Even if it’s only a one percent chance of making you safer. Even if it is only a one percent chance of stopping you giving it to someone else. Even if it only saves one life then it has to be beneficial.
— Gary Lineker (@GaryLineker) April 17, 2020
En español, Lineker dice:
¿Cómo puede haber debate sobre si deberíamos o no usar una máscara? Incluso si solo hay un uno por ciento de posibilidades de darte más seguridad. Incluso si hay solo la probabilidad del uno por ciento de evitar el contagio a otra persona. Incluso si solo salva una vida, tiene que ser beneficioso.
Pero no hay el insumo para comprarlo, así que todo el mundo, literal, tiene que buscarse la manera, si pueden. El Hilo aborda este tema en su último episodio de manera brillante, escúchenlo.
Yo pasé del último desechable (incómodo e insuficiente para la barba larga) a un hecho a medida, con doble tela y bolsillo para filtro de papel:
El privilegio de tener a una diseñadora en casa.
Pero si no tienes esa opción, de todo lo que he visto, éste vídeo me pareció lo más práctico y útil:
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