Alrededor de 1.5 millones de personas de Estonia, Letonia y Lituania, los tres países bálticos, se tomaron las manos el 23 de agosto de 1989 y formaron una cadena humana de 600 kilómetros de longitud, como acto de protesta y demanda de independencia frente a la ocupación soviética.
Este evento se recuerda como la
Cadena Báltica (en estonio,
Balti kett, en letón
Baltijas ceļš, en lituano
Baltijos Kelias).
El impacto de la protesta pacífica fue decisivo, atrajo la atención de la prensa y comunidad internacionales, y allanó el camino hacia independencia de los estados bálticos en 1991.
La
Cadena Báltica se realizó en conmemoración a los 50 años del
tratado secreto [en] entre los ministros de Exteriores de la
URSS y la Alemania Nazi, Vyacheslav Molotov y Joachim von Ribbentrop respectivamente, firmado el 23 de agosto de 1939 en Moscú, a través del cual se pactó la no agresión mutua y
la ocupación de los países bálticos, días antes de la invasión alemana a Polonia que marca el comienzo de la
Segunda Guerra Mundial.