Y así llego fin de año. Decidimos esperar el 2008 en la villa de Crickhowell (nada muy famosa por cierto, ahí nos pilló el año nuevo y punto) tomando cidra y champaña en las calles, mientras los orgullosos crickhowellenses (supongo que así será) y sus visitantes entonaban el himno nacional galés y disfrutaban de fuegos artificiales en las calles (nada malos, debo decir). Aquí los dejo con dos imágenes tomadas durante el recorrido, a manera de ponerle algo de humor al viaje.
Hasta el próximo destino viajero que seguramente será nuevamente en las tierras que me vieron nacer.
Hasta el próximo destino viajero que seguramente será nuevamente en las tierras que me vieron nacer.
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