8 de marzo de 2011

evaluando estos días de Ayuda a La Paz

Datos: www.lapaz.bo
Han sido intensos días desde que me fui involucrando en la ayuda a las personas damnificadas por el megadeslizamiento que afectó a La Paz. Comencé la noche del martes pasado cuando al llegar a casa noté que no había mucha información sobre cómo ayudar, así que escribí una lista con lo que fui encontrando en la Web y medios de información, que luego se fue enriqueciendo.

En las siguientes horas llegué a Ayuda La Paz!, un esfuerzo por contribuir y actuar, apoyé en la difusión de las iniciativas de voluntariado, que desde el viernes han sido acogidas por el Gobierno Municipal. El viernes,  tras una intensa convocatoria a través de las redes sociales, como comentaba en las novedades del sitio, comenzamos a intervenir reclasificando las donaciones en la Biblioteca Municipal y asistiendo en el trabajo de acopio en el coliseo del colegio Cumbre.


El grupo ha superado las 800 horas de trabajo hasta ayer y se ha recaudado más de 7 mil dólares, fundamentalmente gracias a redes de contactos por correo electrónico, Facebook y Twitter. Un éxito minúsculo en comparación con la magnitud del desastre y con las necesidades de más de 6 mil familias que han perdido sus casas, sus pertenencias, su espacio de hábitat y relacionamiento social, algunos también sus fuentes de ingreso, etc.

No tengo elementos para evaluar si es que se han atendido adecuadamente o no a todas las familias damnificadas, pero si puedo decir que las donaciones recibidas permiten cubrir las necesidades de supervivencia. He tenido menos contacto del que hubiera querido con las y los damnificados (a pesar de las visitas que hice a los campamentos, y de las pocas fotos que tomé, incluyendo la publicada en un medio escrito) Lo que ahora obliga a mirar las condiciones de transición de esas familias hacia una vida sana, segura y digna.

foto: La Razón
Quisiera seguir haciendo énfasis en que las siguientes donaciones se enfoquen en artículos de limpieza e higiene, tanto personal como de artículos de uso diario, comida enlatada (considerando usos y costumbres de la mayoría de la población), medias y ropa interior (ambas nuevas, por lógicas razones de salubridad).

Quiero subrayar -y criticar- el caos alrededor y en los predios donde se asientan las familias damnificadas, el ejército no ha acordonado la zona ni hay acceso restringido, lo que dificulta la tarea de entrega de ayuda organizada e incentiva la distribución inequitativa de donaciones no organizadas por entes oficiales, ya que los campamentos más alejados no reciben la misma cantidad de ayuda.

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