La comunicación digital se instaló en el mundo del activismo como un aliado en el acceso a la información, facilitó la articulación y movilización de miles de causas, permitió llegar a influir en medios y tomadores de decisiones, dejó abierta la idea de que la rendición de cuentas y hasta la interpelación a figuras públicas es posible a través de canales y plataformas digitales.
Al menos todo lo anterior pensamos tras la primavera árabe y otros procesos políticos. La situación ahora es menos alentadora: Emergen una serie de iniciativas digitales que buscan atacar fenómenos ya instalados en redes sociales como las #FakeNews, la difamación y abusos, las cajas de resonancia, el sensacionalismo, la reproducción del odio, racismo, xenofobia, etc.
No podemos perder la esperanza ni la confianza en herramientas y recursos digitales que faciliten cambios hacia sociedades más justas, equilibradas, sostenibles y libres. Toca explorar más y mejores formas creativas y colaborativas para el activismo. Y de esto también hay varias ideas circulando en la región y el mundo, aunque poco en el país.
Así es que me lanzo con un nuevo proyecto: #ColabDigital. Una iniciativa de aprendizaje, exploración y construcción colaborativa para activismo digital.
Ideas de cambio + colaboración + acciones colectivas + digital = #ColabDigital
El #ColabDigital arranca con una convocatoria abierta, libre (y gratuita) que lespermitirá potenciar o arrancar un plan digital desde un colectivo de activismo, una organización social, una plataforma cívica, una campaña, medio de comunicación emergente, etc., tenga o no tenga personería jurídica, SIN COSTO!
Hay muchas organizaciones de la sociedad civil, activistas y ciudadanas/os activos o preocupados y que les interesa amplificar su voz, articularse y presionar por cambios sociales.
El internet ofrece todo una enorme paleta de posibilidades para el activismo aunque en muchos casos se reducen a cuentas en Facebook o una esquelética cuenta en Twitter.
Verán que hay mucho más. Eso sí, un punto importante de inicio. Las y los ciberactivistas son activistas, hay muchas y muy diversas herramientas pero los click no reemplazan las movilizaciones, las reuniones, las ideas colectivas, simplemente las canalizan, las hacen más cercanas a más gente y más grupos.
Comparto a continuación una serie de herramientas y recursos básicos para el ciber activismo, empezando desde lo más elemental.
O
Si el ciberactivismo es algo nuevo para ti, sugiero empieces descargándote esta guía abierta publicada por Amnistía Internacional que detalla principios básicos, pasos iniciales y ciertamente bastante útiles.
(dale clic a la imagen a la izquierda para iniciar la descarga automática)
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InfoActivismo es un "espacio para intercambiar conocimiento sobre cómo utilizar tácticas y herramientas digitales para distintas acciones que realizan actores de cambio en América Latina".
Pero además considera que Info+Activismo es un concepto, el acceso a información, datos abiertos y herramientas de análisis y visualización de datos para comprender mejor procesos complejos, presupuestos, gasto, etc. Es un concepto de activismo por la transparencia, el bien común y la rendición de cuentas.
2
Un banco creciente de herramientas es Apps4citizens. Este portal promueve el uso de aplicaciones para más/mejor participación ciudadana y calidad democrática.
Si vas a la "AppTeca" (http://appteca.apps4citizens.org/en) puedes ver una enorme lista de aplicaciones descargables y en su mayoría gratuitas. El único asunto es que este repositorio está en inglés.
El ARTivismo(arte+activismo) es una expresión en las calles, en los muros, en los espacios públicos que usa el arte, los cuerpos o la ruptura de estándares para elevar la voz y procurar el cambio social. Puede ser muy potente y su capacidad de amplificación está directamente relacionada con la Web.
Te recomiendo esta galería de ejemplos publicada por Enmedio y que visites este portal de , una iniciativa privada de diseñadores gráficos para el cambio social. PicaParaArriba
Si estás más interesado, no te pierdas esta "caja de herramientas" sobre activismo creativo: Cómo acabar con el mal y también te recomiendo esta charla por el Antoni Gutiérrez Rubi, un maestro de la comunicación política:
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Hacktivismo (combinación entre hack + activismo) es un nivel avanzado de ciberactivismo: la protesta y la "movilización" a través de redes de computadoras que pueden llegar a modificar sitios, mensajes incluso operaciones del mercado o del gobierno. Aquí una síntesis de su historia y conceptos (en inglés).
A diferencia de lo que el lenguaje mediático ha posicionado en la opinión pública, por lo general, un hacker no es un bandido cibernético alguien que se dedica a "ingresar y robar" claves de ingreso a Facebook o GMail, sino que son "mejorares" de sistemas, de procesos, de accesos. Mira esta entrevista a un ciberactivista boliviano explicándolo de manera muy sencilla.
El hackactivismo normalmente proviene de redes globales de hackers -sujetos con mucha consciencia social y de justicia, por cierto.
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Peticiones, firmas o acciones digitales con impacto político o de movilización. También es una forma de activismo el recurrir, motivar o tan sólo firmar una de las tantas causas que se instalan en la Web a diario.
Hay muchas plataformas pero las más populares son Change.org y Avaaz. Puede parecerte que una causa menor, muy concreta o muy local no se compara con lo que verás allí. Pues no, mientras más precisas, concretas y con información relevante sean, puedes tener éxito. Cualquier puede abrir una petición.
Toda acción política, incluso desde la sociedad civil, necesita dinero. Hay muchas formas de suplir la falta de fondos, acciones comunales, aportes de lo que se tenga y pueda, etc., pero también está el Crowdfunding: la financiación colectiva y cooperativa de un proyecto o idea (generalmente pensado para negocios o productos culturales) con retribuciones a los financiadores en proporción a su contribución.
En América Latina aún no es muy común por la brecha tecnológica, las restricciones de acceso a tarjetas de crédito y la rigidez de los sistemas financieros, pero está cambiando.
Me invitaron a comentar las ponencias del evento Internet, Redes Sociales y Ciberactivismo, un ciclo de charlas libres impulsado desde Gobernabilidad Democrática y realizado en la Fundación Boliviana para la Democracia Multipartidaria (FBDM) el martes 27 de noviembre.
Post actualizado con material y puntos destacados luego del evento.
Armando Ortuño expuso hoy “Sociología de los internautas bolivianos: ¿Quiénes son?” mientras que Eliana Quiroz (@e_liana) y Axel Arias (@axeltrong) exponen “Internet, partidos políticos y ciberactivismo en Bolivia”.
Este mi comentario a ambas exposiciones:
La infografía a la derecha (clic sobre la imagen para ampliar), grafica la presentación sobre ciberactivismo y actividad política en la web, un valioso trabajo de Eliana Quiroz.
Considero pertinente además descatar los siguientes puntos luego del evento:
En Bolivia, la brecha digital es profunda, por lo que las dinámicas en la web no reflejan necesariamente toda la realidad del país.
30% del país se conectaría a internet. La brecha digital es una tarea aún pendiente y urgente que debe incluir a ciudades intermedias, periferias urbanas, zonas rurales y transversalmente a estratos socioeconomicos en desventaja.
La actualización y ampliación de datos también necesaria para más efectivas políticas públicas.
90% de la población accede a telefonía móvil.Este es un dato a considerar en las políticas de inclusión digital. El problema está en las condiciones del mercado del servicio y el soporte.
Los jóvenes son los que más se conectan.
Hay dinámicas en la web que están incidiendo en el país.
Los partidos políticos y las organizaciones de representación no han comprendido el uso de la web. Los ciudadanos y las causas ciudadanas están a la vanguardia.
Hay una relación cada vez más intensa entre la opinión pública tradicional y la opinión en la web.
Sin embargo, no está claramente comprendido ni definido los espacios públicos y privados en la web. Esa es tarea de la ciudadanía, de los actores políticos y también de los medios.
Hay algunos ejemplos exitosos, pero el desafío del ciberactivismo es incidir en la realidad, movilizar a la gente, alejarla de la pantalla y generar acción.