Más 25 mil puntos de calor ardiendo en este preciso momento, 1.5 millones de hectáreas consumidas por las llamas, 60 casas arrasadas en villas dispersas por el fuego que, animado por los fuertes vientos típicos de este mes, se está convirtiendo en el peor desastre medioambiental de la historia de Bolivia.
Hoy se ha admitido, de acuerdo a la BBC, que el fuego está fuera de control. El desastre sigue avanzado y la magnitud hace que aisladas acciones del ejército y algunos voluntarios sean casi insignificantes, mientras que el presidente Morales ha declarado que el país no tiene el equipo necesario para combatir la devastación.
¿Qué pasó, combustión espontanea en la Amazonía? No, los campesinos en esas tierras han desarrollado una 'eficiente práctica tradicional' para desmontar bosques y pajonales simplemente prendiéndole fuego a los campos, bajo el argumento que 'este debe ser controlado' (ver vídeo). Fue tan eficiente que lo están quemando todo.
Mientras autoridades gubernamentales, círculos intelectuales indigenistas, cuerpo diplomático y ramas anexas se empecinan y gastan millones en promover que somos un Estado plurinacional con una cósmica conexión con el suelo divino del que dignamente somos parte, respetamos y amamos con toda nuestra fuerza, en el mes de la Madre Tierra, la Pachamama -hoy ardiendo literalmente como en el infierno- la respuesta más eficiente la da la de Desarrollo Rural, Nemesia Achacollo: solamente las lluvias podrán apagar el incendio. Ingeniosa respuesta que, de acuerdo a los pronósticos, tendrá que esperar tres o cuatro semanas hasta las primeras gotas enviadas desde el cielo.
No se puede creer...
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