El río de tinta sigue corriendo tratando de
“explicar” el resultado electoral del pasado 18 de octubre en Bolivia, sin duda
cargado de sorpresa incluso para los hoy ganadores.
En este ensayo, argumento que fue la estrategia electoral el principal factor
de la victoria del MAS. Una victoria labrada con acciones
tácticas sobre diversos segmentos, una expansión territorial bien trabajada, un efecto "tijera" sobre Mesa y una cadena de sucesos que fueron arrinconando a los oponentes en una polarización autodestructiva en Santa Cruz y le fueron dejando el campo libre al MAS.
Por su extensión, comparto una versión del ensayo que sigue más abajo en vídeo:
El
rediseño de la campaña
Una de las cuestiones estratégicas de
arranque en cualquier campaña es la conformación de la oferta electoral, salvo
que en este caso tendríamos que ver un “rediseño[i]”,
pues las fuerzas en contienda llevan casi 2 años en campaña.
Paramos por el Movimiento al Socialismo
(MAS), que tuvo una candidatura prolija, equilibrada y con potencia expansiva
en Luis Arce y David Choquehuanca. Ofrece a su primer núcleo electoral perfiles
bastante equilibrados. Campo / ciudad, identidad (de “izquierda” e indígena) /
perfil profesional, humildad / condiciones para gestionar la crisis. Un binomio
eminentemente de “tierras altas” que además, como se verá, consolida y expande
su núcleo desde occidente.
Las encuestas nos aproximan son instrumentos de medición que nos aproximan la preferencia electoral de la ciudadanía. Nunca son perfectos y más bien se los compara con "fotografías instantáneas" en el tiempo. Por eso, una lectura lineal o parcial de las encuestas puede conducir a errores de apreciación o "sorpresas", cuando los resultados finales no salen igual a las encuestas.
Por eso, en este post, aplico una metodología de vote forcasting para acercarme al que podría ser el resultado electoral de Bolivia en las elecciones generales del 18 de octubre venidero.
Bueno, ya sabemos que no hay nada perfecto. Pero este casi.
El vídeo más abajo me parece una pieza excepcional para ejemplificar el storytelling actual.
Antes, déjenme darles una breve explicación. Storytelling podría entenderse nada más que "contar historias", algo que hacemos todos los días, de manera muy frecuente y sin pensarlo mucho. Cada vez que decimos "te cuento" o "sabías qué..." estamos sumergiéndonos en el storytelling.
Claro, contar historias es parte de nuestra manera de comunicar lo cotidiano. Pero la cosa se complica cuando tenemos que "construir la historia", darle a un evento, un dato, una situación dada, toda una secuencia narrativa que atrape a la audiencia, que le permita entender el mensaje pero además tener una propia experiencia emocional y subjetiva con lo que se le está contando.
Ahí está la cuestión...
Bueno, ahora sí. Al caso.
A través de la historia de Johnny Assaf, un empresario que ha dado un giro "de 180 grados" a su vida, la DW nos acerca a la tragedia y las condiciones más complejas de Beirut y el Líbano, como la crisis sanitaria, la crisis económica y la corrupción, tras la explosión del pasado 4 de agosto en el puerto de esa ciudad.
La pieza de apenas 4 minutos y medio tiene un montón de códigos y "lenguajes perfomativos" como diría John Austin -pionero de esta corriente narrativa de los años 60- que hacen toda una experiencia informativa y emotiva.
Lidia Patty Mullisaca (MAS-IPSP) es actual diputada, pertenece a la nación Kallawaya aunque no la representa políticamente. De hecho, llegó a la Asamblea Plurinacional como diputada suplente (detrás de Manuel Canelas, alta figura del MAS, ministro de Comunicación hasta la caída del gobierno de Morales).
En las últimas semanas, la diputada Patty ha tenido algunas declaraciones infortunadas -de lo que no comentaré- aunque sí ha tenido la valentía de ponerse al frente de micrófonos y defender lo que piensa (esté o no de acuerdo con sus ideas), en un idioma que no es materno ni domina.
Hace pocos días, la entrevista -bueno, la "barricada"- con María Galindo en Radio Deseo me pareció una conversación esencial para la inmersión en la política boliviana más allá de la coyuntura.
Galindo, con su ácido estilo pero también con marcado aprecio por la entrevista, lleva las preguntas y comentarios en una "incómoda" dirección: escudriñar las raíces de la política patrimonialista, colonial y patriarcal que, lejos de cambiar, ha reproducido y aprovechado el otrora partido de gobierno MAS-IPSP.
Con preguntas directas e interrupciones indagadoras, la entrevista nos revela la verticalidad y cooptación de liderazgos indígenas en la política boliviana; la designación de cargos y políticas públicas verticales y prebendales, el culto al líder y los obstáculos para una genuina autodeterminación y representación política indígena.
El programa televisivo Club de Prensa del canal estadounidense NTN24 me invitó a un panel de análisis sobre las noticias políticas de la jornada.
Hablamos sobre la Convención nacional del partido Demócrata en EE.UU., la geopolítica de las vacunas para la COVID-19 y de la crisis política bielorrusa.
El reporte semestral de medios de Bolivia en Twitter refleja que la tendencia de audiencia se mantiene durante los primeros meses del 2020. Durante la cuarentena se ha mantenido el estable el crecimiento de nuevos seguidores a medios de Bolivia en Twitter. Si bien no se acerca al pico extraordinario de octubre y noviembre del 2019, se registran 2 veces más nuevos seguidores que el mismo periodo durante el año pasado.
La actual tendencia marca que el 2020 podría tener un registro neto similar al del 2016, el segundo mejor año después del -ya mencionado extraordinario- 2019. Al mismo tiempo, la tendencia se acentúa en favor de los periódicos, que logran cerca del 46% de nuevos seguidores.
La educación en Bolivia sigue siendo un asunto de privilegios. Mientras nada indica que los colegios o universidades puedan volver a las aulas presenciales por el avance de la pandemia, el conflicto levantado en las calles por sindicatos, padres de familia y maestros aviva un debate estructural a las brechas y condiciones irresueltas en el país.
Aunque sabemos es parte de la falla estructural, debemos partir entendiendo y asumiendo que la educación es un derecho y es responsabilidad del Estado, que debería otorgar una educación de calidad, libre y gratuita a todas las personas en el país.
La prolongada cuarentena nos revela desigualdades estructurales que restringen, o niegan, el derecho a la educación. Condiciones heredadas de décadas -¿ya un par de siglos?-, pero también de fallas sistémicas no resueltas en el periodo de mayor bonanza económica que tuvo el país entre 2008 y 2018.
¿Hay que tomarse muy en serio la política? Por varias razones pienso que sí, pero ¿y a los políticos...? Eso está más complicado de responder.
Actualizo este post de hace 10 años (¡como pasa el tiempo!) porque ha recibido varias visitas en las últimas semanas y me alertaron que el enlace estaba roto, el portal de Gobernabilidad Democrática ya no está más en línea. Recupero el post con WaybackMachine y lo edito para una lectura atemporal, porque es imprescindible discutir sobre la relación del humor y la política.
Javier Menchaca, Mencho, en la presentación, 2010
Juntar humor, plástica y política es un arte.
Arte del pincel y del color, de la reflexión y la observación, pero ante todo de alta sensibilidad social y crítica política. Estas delicadas condiciones se amalgaman en la exposición de Humor político “El Nombre de la Risa”, muestra que reunió las obras del humorista, caricaturista e ilustrador Javier Menchaca, conocido artísticamente como “Mencho” en 2010.
El autor de la muestra afirma que el humor político es una necesidad para éste y cualquier sistema democrático. Ciertamente, este arte apela a lo cotidiano, a los trazos que reflejan la visión y percepción populares contribuyendo a la formación de una opinión pública crítica tajante ante hechos de interés colectivo pero al mismo tiempo con sentido constructivo y propositivo. Es, por tanto, una actividad artística comprometida socialmente y que constituye un aporte a la libertad de expresión y a una mejor democracia.
La muestra transita por los hechos más destacados e impactantes del mundo político y social entre 2007 y 2010 a nivel nacional pero también internacional. Las pugnas por las autonomías departamentales e indígenas, conflicto y diálogo en el país, los grandes proyectos del estado como la industrialización del Hierro, el satélite Tupac Katari, mencionando sólo algunos, son parte de la muestra. La exposición transita hacia las más delicadas divisiones políticas, por ejemplo entre el MAS y el MSM, aterrizando en las elecciones generales de 2009, material siempre 'caliente' para el humor político.
El fútbol es asimismo parte de la exposición artística con muestras alusivas a la reciente copa del mundo pero también a aquellos actos extra-futbolísticos que sazonan la política nacional.
"El Nombre de la Risa" en La Paz fue una muestra que abordó una crítica explícita, directa, popular y comprometida. Denunció la miopía que muchas veces los políticos sufren y expone una lectura-posición, en el fondo un discurso, sobre la coyuntura y las relaciones de poder con brillante humor.
La pandemia se extiende por la región, es más ayer un alto funcionario de la OMS declaró que Latinoamérica se ha convertido en el "epicentro de la pandemia".
¿Qué está pasando? ¿Por qué algunos países tienen muchos más casos que otros? ¿Funcionan o no las cuarentenas? ¿Qué datos son confiables y orientadores de lo que va a pasar?
Hay más preguntas que respuestas, aunque algunas certezas: tenemos sistemas públicos de salud mal preparados -o nada preparados-; tenemos un endémico problema de corrupción y opacidad en la gestión de fondos públicos y transparencia de la información; no se ha conciliado la necesidad de tests masivos con la capacidad de aislamiento de casos confirmados y sospechosos; todo, claro, con honrosas excepciones.
De igual modo, el tiempo parece haberse agotado para cualquier programa de transferencias monetarias de emergencia. La gente, por presión del hambre, la angustia económica o sus empleos, está saliendo a trabajar, lo cual nos va a traer -pareciera de manera inevitable- un exponencial aumento de casos en las siguientes 2 semanas.
El siguiente recurso visual permite ver qué está pasando en América Latina de manera absoluta y relativa. Eso sí, debe leerse con un dato en mente, son datos oficiales, de casos confirmados. Como me comentó hace un par de horas Jordy Meléndez desde México,el número real de casos y fallecidos por COVID-19 podría ser podría ser de entre 8 y 13 veces más.
En números absolutos, Brasil tiene cinco de cada 10 personas contagiadas de todo Latinoamérica, y seis de cada 10 fallecidos. Perú y Chile son los 2 países con mayores contagios en proporción a la cantidad de población. Mientras que México, Ecuador y Brasil, en ese orden, tienen las mayores tasas de mortalidad.
"La curva" está lejos de aplanarse. Compartiré con mayor frecuencia este tipo de vídeos ilustrativos de los datos y tendencias durante la pandemia:
El podcast Esto no es chacota me invitó a una conversación a profundidad sobre comunicación política en tiempos de la pandemia, la desinformación y una nueva medida, afortunadamente derogada antes del programa, que restringía la libertad de expresión en Bolivia.
El momento no es sencillo, transitamos de una crisis política irresuelta a la pandemia por la COVID-19 y el camino hacia una crisis económica sin precedentes para el país. Mi principal reflexión es que el país necesita claridad, certezas y empatía, principios de la comunicación de crisis.
La desinformación era de la posverdad, en tiempos del internet, es condimento inflamatorio nada saludable. La desinformación tiene 2 caras: la que llega sin mala intención, solo porque la gente no verifica y comparte una supuesta noticia, trascendido o "revelación" que le llega por canales cotidianos (grupos de amigos, familiares, barrio, etc), mientras que la otra que se premedita y distribuye por los mismos canales, apela al sensacionalismo y la polarización o comportamiento sesgado.
Comparto el episodio íntegro colgado en la página de Facebook del podcast:
En Bolivia ya se paga un bono universal, en paralelo a otros bonos y medidas de mitigación económica ante el duro impacto de la cuarentena.
Hoy pasaba por la puerta del banco Unión y escuché el comentario de un hombre de clase media, sobre los 50 años que le decía a su hijo:
《Primera vez que recibo algo del gobierno.》
Entendí que el señor salía de cobrar un bono. Y pensé, ¿habrá ido a una escuela privada? Puede ser, pero ¿a una universidad privada? Más difícil, las universidades públicas fueron los únicos centros académicos hasta algunas décadas, pero también podría ser (o que tal vez no fue a la universidad).
¿El señor jamás habrá recibido una vacuna del Estado o atención en salud pública de algún tipo? ¿Jamás habrá recibido seguridad de un policía? ¿Jamás habrá viajado por una carretera, o un certificado de nacimiento gratuito? Y así, la lista podría ser inmensa.
Tenemos poca -o nula- conciencia de que el Estado, sus instituciones y sus políticas implementadas, es un bien común y atañe a la vida diaria. Lo público no tendría que jamás ser una dádiva o prebenda de los políticos, sino una garantía de derechos, igualdad y oportunidades.
Un Estado más sólido, transparente, consistente con las necesidades, financiado adecuadamente, garante de derechos, nos cambiaría la vida a la mayoría.
Un ciclo lunar en cuarentena. ¿El primero de varios?
El diario de cuarentena sigue sumando entregas -no tan frecuentes como quisiera, quedan ideas sueltas y borradores inconclusos. He abierto una pestaña para archivarlos de manera cronológica.
Los datos y las condiciones no parecen indicar que el 30 de abril se suspenda nada, así que no hace ningún sentido siquiera ponerse esa fecha en el horizonte. Llevo un ritmo sobrecargado de trabajo que deja poco margen para salirse de las rutinas del encierro: tareas recurrentes del hogar, asumir el rol cotidiano de co-educador, pensar y hacer el encierro más llevadero al resto y el teletrabajo.
Las salidas de casa son esporádicas y puntuales, en todo momento hay que reconocer el privilegio de poder cumplir la cuarentena en casa, con servicios y necesidades básicas cubiertas. El "día del extramuro", como apuntó hace semanas mi amigo Sergio Sánchez, se ha vuelto un rito de vestimenta, artefactos y comportamientos rígidos y calculados: Carnet en el bolsillo, gorra y mascarilla -la mentada mascarilla- listas de compras en papel o en el celular, carrito de compras, a mantener distancias y con ruta precisa.
Se ha pasado de las "compras de pánico" a un rígido clima de rutina mínima. En las últimas semanas he visto cada vez más gente queriendo vender y menos comprando. Más filas por los bonos, más mesas y acciones solidarias y progresivamente más gente deambulando por comida o unas monedas. Las mascarillas o barbijos han dado vueltas, ¿te protegen del virus o protegen al resto de que tú puedas contagiarles?
El exfutbolista británico e influencer mediático, Gary Lineker lo puso claro y alto:
How can there be any debate about whether we should be wearing a mask? Even if it’s only a one percent chance of making you safer. Even if it is only a one percent chance of stopping you giving it to someone else. Even if it only saves one life then it has to be beneficial.
¿Cómo puede haber debate sobre si deberíamos o no usar una máscara? Incluso si solo hay un uno por ciento de posibilidades de darte más seguridad. Incluso si hay solo la probabilidad del uno por ciento de evitar el contagio a otra persona. Incluso si solo salva una vida, tiene que ser beneficioso.
Pero no hay el insumo para comprarlo, así que todo el mundo, literal, tiene que buscarse la manera, si pueden. El Hilo aborda este tema en su último episodio de manera brillante, escúchenlo.
Yo pasé del último desechable (incómodo e insuficiente para la barba larga) a un hecho a medida, con doble tela y bolsillo para filtro de papel:
El privilegio de tener a una diseñadora en casa.
Pero si no tienes esa opción, de todo lo que he visto, éste vídeo me pareció lo más práctico y útil:
Hace algunas semanas, al inicio de esta cuarentena, guardé este fragmento del primer tomo de los diarios de Emilio Renzi.
Los días pasan, vacíos, como en una alegoría. Nada que yo haya《creado》pero, sin embargo, ¿no serán estos días inútiles la base, el cimiento que hace posible los otros
Amanecer de un sábado cualquiera, salvo que es el día 21 de la cuarentena. Desayuno empanadas de ayer por la tarde y un café, llegué tarde al refill. Limpieza, sacudido, lavar platos. Abro la computadora para un par de cuentas, noticias, breves lecturas sueltas, un par de ideas en Twitter, el impactante episodio de El hilo, un ojo a datos y asuntos del trabajo. Cierro la computadora. Jugar, hablar con los abuelos y la hermana, instalar más juegos, botella de agua en la alfombra... Idea: compartamos películas en el edificio, vamos a la baulera, por las escaleras, correr un poco con la nena, caja de cartón, a desinfectarla o hacer el intento. Almuerzo y tarde de películas, cine en casa por Stremio (digamos, un "Netflix" libre) y le conectamos un BoomBox, cine a todo volumen, pipocas. Lavar de nuevo platos, secadora, pelar frutas. Guión del canal de YouTube, sí, Marko es ahora un YouTuber. Armamos la planta, ensayamos, grabamos, editamos, subimos el vídeo 2 (planta carnívora). Pizza casera con rock del 70, claro, y tarde de salsa -boombox/Spotify cómo te queremos. Videollamada a los abuelos, baño y niños al sobre. Casa de papel -como que sí, como que no-, estas ideas sueltas y lectura antes de apagar la lámpara. Día 21, cuarentena total.
Comienza la tercera semana de cuarentena, nada indica que vaya a terminar en unos días, así que conviene mantener la cuenta por semanas, aunque sea de reojo. Lo seguimos llevando bien: un desequilibrio manejable entre el trabajo -que se ha incrementado en ambos-, las tareas del hogar, las ya más o menos ordenadas rutinas de compras, el jomesculin del hijo mayor (que en su caso en realidad resulta un cumplimiento formal de tareas) y el estímulo creativo y de coordinación con la menor.
Mi consumo informativo ha decaído sustancialmente. Simplemente no encuentro retorno en escuchar las noticias nacionales y sigo también de reojo el bamboleo de medidas paliativas del paupérrimo sistema de salud pública, la insensatez de spots televisivos amenazantes o la increíble incapacidad de instalar a 500 compatriotas en un recinto con mínimas condiciones de dignidad. y claro, el recuento de casos y fallecidos.
Las preocupaciones elementales siguen presentes, velar por la familia y que el virus no llegue a los círculos más cercanos. Sin embargo, estoy rondando a asuntos de trascendencia coyuntural y mucho más sistémicos. ¿Qué viene luego? ¿Cómo anticiparse y amortiguar, si acaso fuera posible, el impacto de la profunda recesión económica que se avecina? ¿Cuál es la magnitud de los daños colectivos de la cuarentena y a su vez cuáles son las oportunidades de cambio y transformación de inequidades históricas? ¿El miedo al coronavirus es tan poderoso como para desplazar de las preocupaciones inmediatas las garantías por los derechos humanos y las libertades? ¿Qué marcos de pensamiento prevalecerán y configurarán las nuevas relaciones políticas y culturales?
El esloveno Slavoj Žižek clama el golpe mortal al capitalismo como lo conocemos haciendo una analogía a la filosa katana de Kil Bill, mientras el coreano Byung Chul Han le retruca vaticinando un giro en el balance de poder en favor del modelo asiático. Al mismo tiempo, el historiador israelí Yuval Noah Harari nos habla de una transformación sistémica desde la tecnología, el estallido de modelos ortodoxos en la economía y las relaciones productivas, así como una nueva oportunidad para enfrentar en serio la crisis climático y las bases culturales que nos llevan al despeñadero ambiental.
La filosofía política está altamente revolucionada, mientras el Financial Times, el medio emblema del capitalismo financiero londinense, se lanza el sábado con una editorial sorprendente, impensada, aboga por un nuevo contrato social que cambie las bases de las relaciones económicas establecidas desde la II Guerra Mundial, llama a un Ingreso básico universal, más impuestos a los más ricos, más inversión en servicios públicos y más distribución del ingreso.
No son días para dormir demasiado, ni ver muchas noticias.
Los niños la están aguantando bien. Dentro de todo.
Uno vive las presiones del trabajo, la preocupación por la provisión de las necesidades básicas, que seguro son una angustia para una enorme mayoría de adultos a cargo de familias, la búsqueda de algunos espacios de "normalidad" o de distracción (los míos están llegando recién a esta hora, con este diario de cuarentena) y también el goce de momentos intensos de cercanía con la familia.
Así y todo, los niños están pasando un momento duro, los míos son pequeños y tienen muy poco contacto social -salvo un par de vídeo llamadas con los abuelos y uno que otro mensaje con los amigos- ya que toda su interacción se da en los espacios formales como son el jardín infantil o el curso de primaria en el colegio. No les hemos permitido jugar con los niños del edificio ya casi por 2 semanas y estamos en constante conversación de qué es lo que está pasando, las razones de la cuarentena y algunos planes para el futuro; hay que mantener la ilusión y la buena energía.
Por eso nos pusimos a hacer algunos proyectos, desafíos e ideas que se les ocurren a los niños y que -generalmente- terminamos buscando en YouTube. Así, ayer mi hijo me dijo "hagamos una catapulta"... Tras el breve silencio, mi reacción fue -veamos en YouTube. Vimos algunos tutoriales sin mucho convencimiento hasta llegar a éste:
Pusimos rock'n roll -otro punto que ya comenté, más música, menos noticias- y tras un par de pruebas y una buena hora de papel, medidas, silicona caliente y alguna improvisación, logramos esto:
El juguete de la semana. Hoy en la tarde, durante un nuevo vendaval de trabajo, el turno fue de la mamá con los conejos de pascua hechos de rollo de papel.
Este tipo de canales de proyectos con materiales sencillos y que funcionan son herramientas para el encierro, para el estrés que llevan los niños encima y que probablemente no lo manifiestan o lo están canalizando con rebeldías y comportamientos de otro tipo.
Esta dimensión del daño emocional la tenemos que tener presente. Qué las pequeñas distracciones sean esa catapulta que nos saque fuera sanos y cuerdos de la crisis.
Ayer no escribí nada. No siempre hay algo que decir y ya todo el mundo tiene suficientes lecturas, series, películas, chistes de cadenas de WhatsApp y recetas por probar. Los silencios tendrían que ser parte más importante de la cuarentena.
Le hemos bajado a las noticias por radio y le hemos subido a la música (Spotify es un gran aliado). Necesitamos un ambiente más agradable, más llevadero y que nos permita también conversaciones diferentes. Los niños y yo hicimos un picnic en el living escuchando música andina instrumental.
Hoy terminé el primer libro de la cuarentena: Los diarios de Emilio Renzi. Primer tomo del diario personal de Ricardo Piglia. Un texto relativamente voluminoso, que refleja la evolución de un joven escritor, en primera persona, lleno de recovecos que podrían ser incluso imperceptibles.
Ah. Seguimos con la rutina de buscar un momento "despejado" para subir a la terraza y jugar al aire libre. No está escrito, pero parece que varias familias piensan igual. Aprovechamos las mañanas, siempre más vacías.
La cuarentena total nos está removiendo muchas bases preconcebidas de cómo nos comportamos, lo que hacemos, lo que consumimos y aspiramos.
Tengo niños pequeños y cuando no estoy de viaje -que es relativamente frecuente- llevo una vida más bien rutinaria y "estática" en casa y la familia. En breve, "de año en cuando" voy a un concierto, tocada o show musical.
Esta cuarentena total nos está ofreciendo la ocasión de shows de artistas de todo el mundo. Dicen que el concierto de Fito Paez estuvo genial y seguro habrá una larga lista. Hoy quería compartir 2 conciertos de artistas bolivianos.
Me gustó la espontaneidad, la entrega y buena onda de gente que está entregando su talento para darnos un momento agradable en medio del encierro. Me gustó también la iniciativa de seguir a canales de artistas bolivianos en YouTube, a ver si llegan a unos cuantos miles y logran monetizar un poco de lo que entregan por ese canal.
Me gustó escuchar a Mayra Gonzales. Piano y voz de lujo de esta joven artista nacional:
Día 5 de este diario de cuarentena. Da para largo, así que habilité un página en el blog para ir haciendo el archivo cronológico.
Hoy entraron en vigor las nuevas medidas de restricción de movimiento por la cuarentena total. La terminación de mi carnet de identidad me permitía salir a hacer las compras. Aquí les comparto un resumen de 3 minutos y algo con la experiencia y algunas sugerencias para cuando les toque:
Algo que no menciono en el vídeo:
Buena idea llevarse esos burritos jaladores (o como se llamen), cargar bolsas es una vaina.
No hay barbijos, díganme dónde los compraron...
Me da rabia ver cómo todavía hay gente que lleva barbijos de pañuelos en el cuello [▶️ Uso correcto de barbijo]
En Bolivia se acaban de anunciar nuevas medidas por la pandemia, más drásticas aún que las ya impuestas, la paralización del país es inminente y las consecuencias apenas imaginables.
Mientras escribo estas líneas, Italia es el país más afectado en muertes y muy probablemente lo será en casos también en un par de días. Pero lo de EE.UU. es impresionante, la curva de crecimiento de casos es vertiginosa (el centro de datos que sigo es de la Johns Hopkins University).
En América Latina, la situación más preocupante es la de Ecuador, pero todos los países muestran tendencias críticas. Claro, aunque hay un par de Gobiernos que se lo toman con una parsimonia y desidia que alarma (le sugiero leer a Diego Fonseca en el NYTimes).
La Unisabana colombiana hace un monitoreo visual muy ilustrativo y que ayuda a la comprensión de datos para su país, pero también para la región, vean: https://www.unisabanamedios.com/coronavirus.
Este es el gráfico más sugerente para la región:
Bolivia no está en la estadística, pero vean que buena parte de los países de América Latina actuaron antes que España e Italia, aunque las medidas son insuficientes y parciales en varios países. El problema es que el crecimiento vertiginoso de casos -y la baja detección- muestra que en la región los "miles de casos" serán cuestión de días.
Con este recorrido de datos, quería apuntar algunas prácticas de datos e información. Ya sé, seguro que recibes buenas ideas, recetas caseras y una buena batería de bromas y recetas en tus grupos de WhatsApp, pero también circula un vendaval de desinformación, en algunos casos muy peligrosa, como esta reportada por el director de la Fundación Tierra.
¿Qué se puede hacer?
Mira, eso de dar "consejos" es incómodo, así que comparto algunas prácticas que sigo para intentar reducir el consumo excesivo de información y de paso "blindarme" lo más posible de la desinformación.
Leo titulares y de 5 medios en Bolivia
Sigo en Twitter a periodistas que confío por su rigor, seriedad y compromiso periodístico. Muchas veces confío en sus redes, pero a cualquiera se le escapa el tiro, así que contrasto.
No me informo por Facebook
Escucho la radio, no tengo televisión
Sigo y leo a medios internacionales como la BBC, NYTimes, Guardian, AJ+
Diferencio la opinión del dato y la noticia
Escucho 2 podcasts de noticias en inglés: de la BBC y Daily del NYTimes, y algunos más de historias, discusiones científicas y opinión con rigor (de eso hablaré en otro post).
Tengo suscripción a algunos medios de profundidad y opinión, menos noticia al día y más digerida (cito algunos, Nueva Sociedad, The correspondent, The Intercept, Vox en YouTube,
La OMS ha lanzado una interesante estrategia de información vía canales digitales, no estoy muy conectado salvo por su cuenta automatizada en WhatsApp, pero de eso también hablaré en otro post.
Los proyectos laborales, reuniones y revisión documental ha hecho de este día 3 uno que ni se siente la cuarentena, incluso más que el día 2. Las pausas han sido para tareas de la casa, comidas o breves rondas de juegos con los niños.
La gente sigue compartiendo consejos de higiene, historias, vídeos graciosos y algunos datos. Muchos mitos aún e incertidumbre, o demanda de certezas que nadie tiene.
Mientras, por lo comentado al principio, tuve casi nula interacción informacional. No sé cuántos casos van en el país ni arrestos por incumplir la cuarentena total (ojalá testearan más de lo que arrestan), algo escuché de pasada de la suspensión de las Olimpiadas y no mucho más. Salvo este sugerente graffiti:
Ayuda a llevar esta cuarentena que se tenga un día así, pesadamente normal, para pensar lo menos posible en la cuarentena.
Eso sí, al atardecer, salí con los niños a tomar el sol a la terraza, había algunos vecinos en lo mismo, todos guardando distancias. Esa acción tan extraña en La Paz, que casi repudiamos por naturaleza, es un acto necesario, abrir una ventana, sentarse en un patio, balcón o mejor, quienes pueden, jardín, y tomarse un poco de sol y aire fresco.
El día 2 de la cuarentena total transcurrió como un lunes "normal" de trabajo: Levantarse a la misma hora, desayuno, niños, actualización de datos, revisión de medios, café y a laburar. Aplicamos una variante en la ruta del paseo matinal por el edificio -todo es con afán exploratorio y el resto del día siguió entre el trabajo, las tareas de la casa y una ya frecuente sesión de baile antes de la cena.
La conversación y reacción a lo compartido en el día 1 fue quizá la nota más interesante. En Twitter hubo una sugerente aceptación de las ideas, mientras que en Facebook tuve mucha más discusión, más reacciones diversas, incluso contrarias a mis argumentos.
Suelo usar muy poco Facebook. Las cámaras de eco generalmente se imponen a contenidos aleatorios, aunque en este caso -intuyo que porque una docena de personas de distintos contextos y posiciones compartió mi post y como 50 interactuaron, se distribuyó de manera más abierta.
Dejando de lado el aburrido tecnicismo, la síntesis del día es que fue un día normal, la nota excepcional estuvo en las reacción digital a este mismo proyecto, lo cual refuerza la normalización del encierro, de vida normal en cuarentena. Veamos hasta dónde llega.
Llevé 8 días en distanciamiento social: trabajando desde casa, saliendo lo mínimo indispensable, quizá una vez al día a tareas puntuales y manteniendo la distancia y cuidados recomendados por autoridades sanitarias.
Desde hacía días, estaba claro que la medida de cuarentena total era inevitable. Desde ayer en la noche oficialmente en Bolivia se la vive. Según la disposición, nadie sale salvo a tareas imprescindibles y compras esenciales entre las 7 am y las 12 pm, en teoría.
¿Qué significa modificar el ritmo de vida de esta manera? En esta serie de post -espero que diaria y no solo en texto- me propongo narrar cómo lo vivo, cómo leo la realidad y qué discusiones emergen.
He ido pensando en el formato y espero que sea algo directo, coloquial y espontáneo. Intentaré editar lo menos posible y además combinar con vídeos, audios e imágenes.
Día 1 - ¿cómo hacer para que la gente se quede en su casa?
Como ya comenté, llevamos varios días en aislamiento social, pero hoy fue el primer día que no cruzamos la puerta del edificio. Las compras y las rutinas de la casa ya están resueltas hace días, hoy arrancamos con una nueva: el ejercicio diario dentro del edificio: salí con mis 2 hijos a "explorar" el edificio por la mañana, sin cruzarse con nadie, a descubrir rincones, subir y bajar por las escaleras, buscar caminos y tomar un poco de sol en la terraza.
Además de las horas de trabajo diario virtual, la atención a los niños y las tareas compartidas de la casa, se me ocurrieron también algunos "desafíos personales cuarentena" para esas pocas horas restantes. Distribuir el tiempo en algunas lecturas pendientes y nuevas (hay una buena cantidad de libros gratis, como esta de Editorial El cuervo), cómo mantener el mínimo de ejercicio físico y distancia de las redes sociales, las noticias, etc. Y bueno, ahora este diario.
El tema que estuve "observando" a través de las pantallas, pero también de la ventana, es cómo se acata la cuarentena, desde el privilegio de saber que podemos afrontarlo sin inseguridades inmediatas.
Convengamos, la cuarentena es una medida tanto necesaria como injusta: los datos y las condiciones de respuesta al COVID-19 exigen aislamiento real y contundente, el virus se podría estar esparciendo a velocidad incontrolable, pero también es cierto, miles de familias dependen del trabajo del día, de salir a las calles.
Así se vivía el primer día de "cuarentena total", esta misma mañana, en la Feria 16 de Julio de El Alto:
Un reportaje apenas subido hace unas horas por el colectivo curva refleja cómo lo vive y qué piensa las personas de El Alto. Se los recomiendo:
Hay verdades y mitos en igualdad de proporción. Es evidente que una gran cantidad de gente depende del trabajo y el comercio diario -de venderse entre sí-, mientras hay mitos como mantenerse comiendo chuño o papalisa te blindan de un virus.
Algunos medios buscan la noticia roja, el conflicto, alientan la confrontación y las aparentes distancias culturales, buscan instalar el relato de "¿por qué esta gente no entiende que debe quedarse en su casa?"
Vamos, la gente ni es "salvaje", ni es tonta. Pienso que la gente más pobre del país ve el problema del coronavirus aún distante, no palpa el peligro, está "acostumbrada" a sobrevivir al día y no tiene ni incentivos ni miedos "palpables" para alejarse. Las clases medias también se han comportado de "manera irracional": atiborrando supermercados, exigiendo a las personas de su servicio doméstico ir a sus casas, no pagar por servicio no trabajado, etc.
Pienso que hay algunas medidas urgentes y necesarias:
La gente tiene que sentir menos necesidad de salir a la calle. Distribuir comida por familias en sus casas, diferir pagos de créditos (capital e intereses, no sea hagan los vivos), suspender pago de servicios, adelantar el bono por niño/a, etc. Hay que rascar la lata y gastar lo que hay ahora.
El sector privado, sobre todo de la industria cárnica, alimenticia y de productos básicos e higiene debe entrar en el asunto. Buscar medidas a largo plazo -negociación de impuestos sobre utilidades, por ejemplo- para colaborar con esta distribución masiva de alimentos y productos.
El Gobierno hace poco o nada por comunicar en el relato, los canales y el entorno natural de las distintas culturas e identidades del país. No basta con mensajes por Entel o la televisión. Deberían abordar estos mitos y creencias -como el de la alimentación- de manera seria y responsable, hablarle a la gente, incentivar que se quede en casa, desmontar el argumento de la urgencia por salir a "traer el pan del día".
Es una cuestión de salud pública, de vida. El coronavirus podría estar mucho más esparcido de lo que imaginamos y donde menos quisiéramos.
El 8 de marzo es el Día Internacional de la Mujer, ya lo sabrás. Este post -de un hombre, clasemediero, acomodado, padre, pareja e hijo- solo pretende compartir 3 estímulos para escuchar y reflexionar en estos días, en silencio, en solidaridad, cercanos a esta fecha.
No, no es una fecha que les debamos "festejar". Partamos de ahí. El 8M es fecha que convoca al activismo, la movilización y sororidad de millones de mujeres en el mundo. El 8M conmemora la trágica muerte de mujeres trabajadoras en una fábrica neoyorquina.
No asumo la tarea o idea de aleccionar, menos evangelizar, sobre corrientes de pensamiento. Sí veo necesario acercarse a la reflexión y entender más sobre las implicaciones políticas contemporáneas del "8M" y las agendas de las mujeres en el mundo desde las corrientes feministas. Además, así, en plural.
Por eso, me pareció más relevante sugerir 3 episodios de podcasts recientes como un ejercicio de simbólico y material de escucha, que podrían servirte -como a mí- para reflexionar y acercarse más a la cuestión de derechos y vulneraciones que viven la mayoría de las mujeres. Sí, la mayoría.
Parto sugiriendo "Feminismos" de5W podcast, un medio de crónicas a profundidad que utiliza las 5 preguntas clave del periodismo para abordar distintos temas de interés internacional.
En particular, este episodio me aportó mucho las cuestiones de la diversidad en los feminismos -el plural es clave- en distintos contextos y la enorme dimensión de violencias:
Radio Ambulante, quizá el podcast más seguido de América Latina y el Caribe, nos trae la historia de Laurinha, una talentosa niña futbolista en un país futbolero hasta la médula. Las brechas estructurales del deporte "más popular" cuando se trata de las mujeres y sus aspiraciones. Un episodio precioso, Laurinha quiere jugar:
Finalmente, un título más que contundente, de un podcast feminista, directo a la llaga: Hija de puta:
La escucha y el silencio son también actos políticos.